Dejan 24 muertos manifestaciones en Irak

Las manifestaciones antigubernamentales se reanudaron en Irak, donde este viernes murieron 24 personas en Bagdad y el sur del país

Las manifestaciones antigubernamentales se reanudaron en Irak, donde este viernes murieron 24 personas en Bagdad y el sur del país, en unas protestas que a principios de octubre ya dejaron más de 150 víctimas mortales.

Los manifestantes, que reclaman la "caída del régimen", concentraron sus acciones contra las instituciones públicas, sedes de partidos políticos y facciones armadas.

En el sur del país, incendiaron o saquearon dos sedes de la gobernación, en Nasiriya y Diwaniya, una quincena de sedes de formaciones políticas o de grupos armados miembros de la poderosa coalición de los paramilitares de las Fuerzas de Movilización Popular, primer aliado del gobierno de Adel Abdel Mahdi.

Toque de queda en el sur

A media jornada, el gran ayatolá Ali Sistani, la mayor autoridad religiosa chiíta de Irak, instó a las fuerzas de seguridad y a los manifestantes a la "moderación" para evitar el "caos".

Al final del día, sin embargo, el balance oficial fue de 24 manifestantes muertos, ocho de ellos en Bagdad.

La mitad de los manifestantes fueron abatidos a balazos cuando asaltaban las sedes centrales de Asaib Ahl Al Haq ("La liga de los virtuosos", en árabe), una de las facciones más poderosas de las Fuerzas de Movilización Popular, en Amara y Nasiriya, en el sur, según fuentes médicas y policiales.

Otros tres murieron en la ciudad petrolera de Basora, en el extremo sur del país, que el pasado verano fue escenario de unas protestas similares, igualmente violentas.

En aquel momento, después de que se incendiaran las sedes de partidos políticos y de grupos armados, además de la gobernación y del consulado de Irán, la situación volvió a la calma tras unos acuerdos en el Parlamento.

Se impusieron toques de queda en Basora, Babilonia y Nasiriya, pero en otras ciudades del sur continuaban las concentraciones. En Kerbala, ciudad santa chiíta, las fuerzas de seguridad lanzaron gases lacrimógenos y emplearon cañones con agua caliente para tratar de dispersar a los manifestantes.

En Bagdad, las fuerzas de seguridad lanzaron granadas lacrimógenas y aturdidoras contra los manifestantes de la plaza Tahrir, que intentaban entrar en la Zona Verde, no muy lejos de allá, donde tienen su sede el gobierno iraquí y la embajada de Estados Unidos. Cientos de personas resultaron heridas.

Al final del día, miles de manifestantes seguían congregados en la plaza Tahrir. En el puente Al Jumhuriya, aledaño a la plaza y que conduce a la Zona Verde, se produjeron algunos altercados.

"Ladrones"

El gran ayatolá Sistani pidió, una vez más, reformas y que se ataje la corrupción, una de las principales reivindicaciones de los manifestantes. Sin embargo, no criticó -como sí que había hecho en otras ocasiones en el caso de otros primeros ministros- al primer ministro Adel Abdel Mahdi.

No obstante, es Adel Abdel Mahdi que empezó a gobernar hace un año, el blanco principal de los ataques de los manifestantes, junto al resto de la clase política de Irak, el 12º país más corrupto del mundo.

"Adel Abdel Mahdi nos miente", gritaban los manifestantes tras el discurso que ofreció por la noche, en el que anunció medidas sociales y reformas legislativas, pero no los cambios radicales que reclaman los ciudadanos en la calle: una nueva Constitución y una clase política renovada.

"Son todos unos ladrones, mienten y prometen empleos y cuando nos manifestamos, nos lanzan granadas lacrimógenas", declaró indignado un joven manifestante con la bandera nacional sobre los hombros.

Ahora, se teme que se unan a las protestas los numerosos seguidores del turbulento líder chiíta Moqtada Sadr, que en 2016 ocuparon las instituciones del país en la Zona Verde.

Movilización espontánea

Las anteriores manifestaciones, generadas espontáneamente el 1 de octubre y que duraron hasta el 6 de octubre, estuvieron marcadas por la muerte de 157 personas, en su gran mayoría manifestantes de Bagdad, según el balance oficial.

Este movimiento espontáneo es el primero de este tipo en Irak, un país rico en petróleo que adolece de una escasez crónica de electricidad y agua potable, donde 20 por ciento de la población vive por debajo del umbral de la pobreza.

Como al comienzo de octubre, las convocatorias de manifestaciones afectan a la mayoría de las provincias del sur, chiítas y tribales, y no al norte y al oeste, de mayoría sunita y del que hace dos años se expulsó al grupo yihadista Estado Islámico (EI).

El Kurdistán autónomo (norte) también se mantiene al margen.