Día Internacional de la Democracia: ¿por qué se celebra cada 15 de septiembre?

El origen de la fecha de esta celebración se remonta al 15 de septiembre de 1997

El 8 de noviembre de 2007, la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció que cada 15 de septiembre se celebrase el Día Internacional de la Democracia, siendo festejado por primera vez al año siguiente.

El origen de la fecha de esta celebración se remonta al 15 de septiembre de 1997, día en el que la Unión Interparlamentaria adoptó la Declaración Universal de Democracia. Luego de las sucesivas Conferencias Internacionales sobre Democracias Nuevas y Restauradas, comenzadas en el año 1988 por iniciativa de la Presidenta Corazón Aquino.

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Atender a la democracia durante el COVID-19

La crisis sin precedentes causada por la pandemia ha generado importantes desafíos sociales, políticos y legales a nivel mundial. A medida que los estados de todo el mundo adoptan medidas de emergencia para abordar la crisis, es fundamental que sigan defendiendo el estado de derecho, protegiendo y respetando las normas internacionales y los principios básicos de legalidad, así como el derecho a acceder a la justicia, los recursos y los procesos en curso.

En todo el mundo, las organizaciones de la sociedad civil han respondido al llamamiento a la acción de la ONU para abordar y contrarrestar la amplia gama de formas en que la crisis del COVID-19 puede afectar la democracia y aumentar el autoritarismo. Entre ellas cabe destacar:

·        El desarrollo de la alfabetización mediática y la seguridad digital

·        Luchar contra la desinformación y el discurso de odio, que se han multiplicado durante la crisis.

·        Capacitar a los periodistas de forma remota para informar sobre el impacto de la pandemia con una cobertura profunda y real, mientras se mantienen seguros en la primera línea.

·        Empoderar a las mujeres contra la violencia de género, que se ha disparado en medio de cierres, cuarentenas y presiones sociales y económicas del Covid-19.

·        Dar a conocer los desafíos de la desigualdad y la deficiente prestación de servicios agravados por la crisis, con un enfoque específico en las necesidades y derechos de las mujeres, los jóvenes, las minorías y otras poblaciones marginadas, para ayudar a que los gobiernos rindan cuentas.