Empresas de EU señalan a México de violar el T-MEC

La Representación Comercial de Estados Unidos ya estrenó el Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida del T-MEC

La Organización de Innovación en Biotecnología (BIO, por sus siglas en inglés) denunció que a casi un año de la entrada en vigor del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), México ha violado los compromisos adquiridos con sus socios al establecer barreras al comercio en múltiples sectores, especialmente en el sector biotecnológico.

“El Gobierno de México, bajo el liderazgo del presidente Andrés Manuel López Obrador, ha optado por darle la espalda a la biotecnología, una tecnología que es fundamental para la respuesta a la pandemia y para una economía global más verde y resiliente”, expresó la organización.

A través de un comunicado, BIO indicó que se necesita un diálogo más constructivo con las autoridades mexicanas, o se verán en la necesidad de utilizar los mecanismos de solución de controversias del T-MEC.

La organización también argumentó que la representante Comercial de Estados Unidos, Katherine Tai, declaró, durante su audiencia de confirmación ante el Comité de Finanzas del Senado, que el Gobierno estadounidense está dispuesto a utilizar un conjunto completo de herramientas disponibles para la resolución de disputas cuando México no cumpla con los términos del T-MEC.

Durante la última semana, la Representación Comercial de Estados Unidos (USTR) ya estrenó el Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida del T-MEC con una demanda laboral en contra de la planta de General Motors en Silao, Guanajuato.

A modo de ejemplo, la organización biotecnológica detalló que desde que AMLO asumió el poder en 2018, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) ha representado un obstáculo para la biotecnología agrícola.

Señalaron que las demoras en la emisión de permisos de importación para características de biotecnología agrícola por parte de Cofepris solo sirven para amenazar el comercio transfronterizo de productos agrícolas, y poner en peligro el acceso de los agricultores estadounidenses a las nuevas tecnologías que se han desarrollado para hacer frente al estrés ambiental, que son fundamentales para la producción agrícola sostenible.