El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó que su gobierno se apropiará del petróleo y de los buques tanqueros de Venezuela, endureció su retórica contra Colombia y dio a conocer un ambicioso plan para la construcción de hasta 25 nuevos acorazados, en el marco de su estrategia de presión contra la república bolivariana.
Durante una sesión de preguntas, el mandatario fue cuestionado sobre el destino del petróleo venezolano confiscado.
- Al referirse al presidente venezolano, Nicolás Maduro, Trump adoptó un discurso intimidante al destacar el poder militar de Estados Unidos. "Tenemos la armada más grande que hemos tenido jamás. Puede hacer lo que quiera, pero si se pone duro, será la última vez", advirtió.
Trump concluyó sus declaraciones con nuevas acusaciones contra Venezuela, al señalar que ese país habría enviado criminales, prisioneros y narcotraficantes a territorio estadounidense. Según el mandatario, esto ocurrió durante gobiernos anteriores. "Los dejamos entrar porque estábamos gobernados por un presidente estúpido, pero eso ya no sucede", afirmó.
Las declaraciones se dan en un contexto de endurecimiento del discurso de la Casa Blanca en temas de seguridad, política exterior y combate al narcotráfico, particularmente hacia América Latina.
Desde su residencia en Mar-a-Lago, el presidente estadounidense también dirigió críticas al mandatario colombiano, Gustavo Petro. Aseguró que Colombia cuenta con "fábricas de drogas" y acusó al gobierno de ese país de enviar cocaína a Estados Unidos, advirtiendo que "no es amigo" de la nación norteamericana.
Ante la pregunta de un periodista sobre si las medidas contra el tráfico de drogas se limitarían a Venezuela, Trump respondió que se aplicarán a cualquier país desde donde ingresen estupefacientes a territorio estadounidense.
El jefe del Ejecutivo abrió su conferencia con el anuncio de un programa para fortalecer la Armada, que contempla la construcción gradual de hasta 25 nuevos acorazados. El anuncio fue realizado junto a los secretarios de Guerra, Pete Hegseth, y de la Marina, John Phelan.
Trump explicó que estos buques serían los primeros de una nueva clase de naves de guerra y adelantó que estarán equipados con armamento de última generación, incluidos sistemas láser altamente sofisticados y armas nucleares. "Al apuntar el láser a un objetivo, simplemente lo destruye", aseguró.
Finalmente, el mandatario señaló que la decisión obedece a la necesidad de modernizar la flota naval estadounidense, la cual calificó como obsoleta frente a los retos actuales en materia de defensa y seguridad internacional.