Igor Krezic daba discurso ante sus empleados en la oficina de su compañía NSoft, ubicada en Mostar, en el sur de Bosnia y Herzegovina, cuando de repente dejó el micrófono y salió al balcón.
Ya fuera, el sujeto se subió a la orilla del balcón en medio de gritos de sus empleados que corrieron para salvarlo.
El sujeto se lanzó del balcón y desató conmoción entre los empleados.
Cuando varios de ellos bajaron apresurados a la calle para darle atención, en lugar de un jefe malherido encontraron a Krezic muerto de risa sobre un colchón inflable, de esos para maniobras de dobles de acción.