El sábado 18 de octubre, más de 2 mil 700 protestas se llevaron a cabo en ciudades de todo Estados Unidos como parte del movimiento No Kings, una jornada nacional de rechazo a lo que los manifestantes consideran tendencias autocráticas y acciones antidemocráticas del presidente Donald Trump.
Las manifestaciones se realizaron en más de 2,600 ciudades, incluyendo Nueva York, San Francisco, Washington D.C., Chicago, Miami, Houston, Seattle y Filadelfia, así como frente a embajadas estadounidenses en Madrid, Londres y Barcelona. En la capital estadounidense, miles se congregaron frente al Capitolio en una de las movilizaciones más grandes de los últimos años.
Incluso en Mar-a-Lago, Florida, residencia privada del presidente, se registraron concentraciones de opositores que portaban pancartas con el lema "No a los reyes", en alusión a lo que consideran una deriva autoritaria del Ejecutivo.
Los organizadores del movimiento señalaron que la jornada buscaba ser una defensa simbólica de los principios democráticos de Estados Unidos. "En este país no tenemos reyes y no cederemos ante el caos ni la corrupción", se lee en el sitio oficial del movimiento No Kings.
El ambiente fue mayormente festivo y pacífico, con disfraces, música y carteles que evocaban figuras históricas y mensajes de resistencia. "Mi padre no luchó en Europa para esto", decía el cartel de Brian Lee, veterano de guerra de 70 años originario de Pensilvania.
- En respuesta a las protestas, el presidente Trump compartió en su red social Truth Social varios videos generados por inteligencia artificial, en los que aparece como un monarca lanzando excremento a los manifestantes. Las imágenes fueron interpretadas como una provocación directa al movimiento No Kings y generaron nuevas críticas por el uso de herramientas digitales para ridiculizar la protesta ciudadana.
Las protestas se producen en medio de un clima de polarización política, marcado por decisiones ejecutivas controvertidas, investigaciones judiciales y tensiones con sectores migrantes. El movimiento No Kings, que tuvo su primera edición en junio de 2025, ha ganado fuerza como expresión de resistencia civil organizada frente a lo que muchos consideran un debilitamiento institucional.