Rusia llevó a cabo su ofensiva aérea más intensa contra Ucrania desde el inicio del conflicto, lanzando una oleada de más de 800 drones y 13 misiles que causaron la muerte de al menos cinco personas y provocaron daños considerables en varias zonas del país.
- Uno de los blancos fue la sede del gobierno en Kiev, donde se desató un incendio tras el impacto.
Se trata del primer ataque directo contra el complejo gubernamental ucraniano desde que comenzó la guerra hace tres años y medio.
La primera ministra, Yulia Sviridenko, confirmó en Telegram que, por primera vez, el techo y los pisos superiores del edificio resultaron afectados, aunque no se reportaron víctimas dentro del inmueble. Horas después, los servicios de emergencia lograron extinguir el fuego.
Además del ataque al gobierno, varios edificios altos en la capital también resultaron dañados, según reportes oficiales.
La Fuerza Aérea de Ucrania calificó esta acción como la mayor ofensiva aérea rusa desde febrero de 2022, cuando comenzó la invasión a gran escala. Por su parte, el presidente Volodímir Zelenski denunció que estos ataques "deliberados" no hacen más que prolongar el conflicto y frenar cualquier posibilidad de solución diplomática.
El Ministerio de Defensa ruso negó haber atacado objetivos civiles, afirmando que la operación fue "masiva" pero dirigida únicamente a fábricas de drones y bases militares en el centro, sur y este de Ucrania, usando armamento de alta precisión.
El aumento de los ataques coincide con el reciente encuentro entre Vladimir Putin y Donald Trump en Alaska el pasado 15 de agosto, una cumbre que no logró avances significativos en materia diplomática.
Frente a esta nueva escalada, Zelenski habló con Emmanuel Macron, quien se comprometió a reforzar la defensa aérea de Ucrania. El mandatario ucraniano llamó a una respuesta internacional contundente:
En la escena internacional, también hubo reacciones de condena. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, acusó al Kremlin de burlarse de la diplomacia. El primer ministro británico, Keir Starmer, calificó los ataques de "cobardes" y sostuvo que Putin "no está comprometido seriamente con la paz".
En Estados Unidos, el presidente Donald Trump, al ser cuestionado por la prensa sobre posibles nuevas sanciones contra Rusia, respondió afirmativamente:
Mientras tanto, Moscú no muestra señales de querer frenar su ofensiva y mantiene su exigencia de más territorio ucraniano como condición para negociar, una propuesta inaceptable para Kiev.