Una rara enfermedad cerebral mantenía a un pequeño en cuidados intensivos pero gracias a terapia con un perro logró salir adelante.
Los hecho llevaron lugar en 2016, cuando los doctores le habían dicho a la familia del pequeño Oscar Haskell, de 3 años, que se prepararan para lo peor, ya que su hijo se estaba deteriorando rápidamente y no había respuesta.
La madre del niño comentó que no esperaba que saliera de esta. "No estaba respondiendo en absoluto y su ritmo cardíaco estaba por las nubes"
"Tenía 26 en él, seis sondas cerebrales perforadas en su cráneo y tenía máquinas que lo mantenían con vida", declaró la mamá de Oscar.
Un Golden Retriever llamado "Leo" fue su perro de terapia. "Los doctores me preguntaron si estábamos interesados en conocer un perro de terapia" dijo Zoe. "Me sorprendió pensar en un perro en cuidados intensivos.
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Señaló que no sabía si su pequeño hijo la escuchaba o no. “Pero siempre les prometí que tendríamos un cachorro”.
Agregó que Oscar entró a terapia. “Leo” puso su patita sobre su mano y el pequeño comenzó a evolucionar mejor.
Fue increíble. Los médicos de cuidados intensivos estaban llorando, fue puro milagro. No había movido la cara, nada se movía en absoluto. Y luego sonrió”, recordó la mujer entre lágrimas.
Desde que conoció al perro, el niño mejoró y la pareja ha construido una relación especial.
Ahora, Oscar tiene siente años y se ha fortalecido poco a poco. Mientras tanto, “Leo” está compitiendo por un premio en Crufts.
“Leo” es uno de los seis perros de terapia en el Hospital de Niños de Southampton que han ayudado a 10,000 niños. El equipo de perros de terapia SCH proporciona intervención asistida por animales, incluidos cuidados intensivos pediátricos, oncología, cardiología, ortopedia, salas de cirugía renal y quirúrgica.