El año pasado una veterinaria que dirigía el Parque Educativo de Protección Animal se suicidó tras quedar dañada psicológicamente por sacrificar más 700 perros abandonados en dos años. Entonces el gobierno de Taiwán se vio obligado a cambiar algunas leyes para atacar el problema desde el origen.
La veterinaria de nombre Chien Chih-cheng tenía 31 años cuando se suicidó en mayo del año pasado, tras ser duramente criticada por la cantidad de animales que había matado. Se inyecto el mismo fármaco con el que durmió para siempre a cientos de perros.
Al morir dejo una nota donde expresaba su pesar por tener que sacrificar tantos perros sin hogar, pidió al gobierno de su país a atacar el problema desde su raíz. “Espero que mi partida les permita darse cuenta que los animales abandonados también son vidas. Espero que el gobierno sepa de la importancia de controlar la fuente del problema”, “Por favor, valoren la vida“.
Cerca de 11 mil perros fueron sacrificados en Taiwán en el año 2015. Los refugios trabajaban para concientizar a la población sobre los problemas de abandonar a las mascotas.
Chien dio una entrevista en televisión, donde lloró al describir el impacto emocional de eutanasiar perros callejeros. Ínsito a la gente a adoptar en lugar de comprar.
Quizá su caso tuvo impacto en el Gobierno que aprobó una ley que entro en vigor el pasado sábado 4 de febrero. La ley hace ilegal aplicar la eutanasia en animales abandonados y obliga a pagar 124 dólares a las personas que abandonen sus mascotas.
También incremento el presupuesto dedicado a la protección animal en un 40%.
Con información de https://lasillarota.com
YCH