¡Aguas con la derecha!

La cuarta regresión y su segundo piso: alerta desde el escenario político

Allá en los años sesenta y setenta del siglo pasado, estuvo en pleno apogeo el show de un comediante en cuya cortinilla de presentación sus músicos y coristas tocaban y cantaban un estribillo que en los primeros acordes ya arrancaba el aplauso del respetable. "¡Aguas, ahí viene Flavio!", se escuchaba para que de inmediato hiciera acto de presencia el comediante con su libreta en mano, cuyo contenido hacía las delicias del público.

          Este acto del mundo del espectáculo fue lo primero que se me vino a la mente en el momento en que me senté frente a la pantalla de la computadora con la intención de escribir las líneas que Ustedes, amables lectoras y lectores, tienen ante sus ojos escrutadores del decir de este su atento escribidor. E instantes después, he de compartirles, el seso se me iluminó y cual mensaje de las musas se me presentó ante mi visión el título del texto que estaba por redactar y que Ustedes están leyendo.

          "¡Aguas con la derecha!", me dije a mi mismo, y entonces mi mismo repitió: "¡Aguas con la derecha!", y lo hizo con un eco enmarcado con un dejo de llamada de atención. Y es que sí es cierto: "¡Aguas con la derecha!", porque la derecha y sus corifeos no están a punto de llegar como el comediante, sino que ya están arriba del escenario político mexicano para llevar a cabo su rutina.

          La derecha y sus corifeos están realizando su puesta en escena con un libreto que ellos quisieran fuera de tragedia, pero que en realidad es una comedia. Involuntaria, pero comedia al fin, y es en este punto en donde la derecha y sus corifeos hacen esquina con Flavio, con la diferencia que la intención del comediante era hacerle pasar un momento agradable al público, mientras que el objetivo de la derecha y de sus corifeos es hacerle pasar a la ciudadanía momentos de terror y de miedo con su discurso leído en forma de libreto dictado desde los salones de adoctrinamiento de la derecha internacional, en especial la fascista asentada en tierras de nuestro vecino del norte, y en las que componen lo que la misma derecha y sus corifeos llaman "madre patria".

          "¡Aguas con la derecha!", me repetí varias veces, y cada una de ellas fue para decirme diferentes aspectos por los que hay que poner más y mayor atención a las acciones y discursos de la derecha y de sus corifeos, ya que uno de ellos es su intención de apropiarse del discurso de la izquierda en materia de libertad, de resistencia, de derechos humanos, de conquistas sociales, de solidaridad internacional, de logros y conducciones políticas. Aunque, a decir verdad, esta intención de la derecha y sus corifeos ha quedado en eso porque en la realidad lo que trasciende entre la sociedad es el contenido anacrónico, machista, sexista, racista, entreguista, que día a día dicen y escriben, y que los describen tal y como son.

          "¡Aguas con la derecha!", porque la derecha y sus corifeos están atentos a los tropiezos que puedan tener la izquierda y sus actores, para con ellos hacer política sucia con fake news y mentiras, ya que para ellos la verdad es irrelevante por lo que tienen que mentir para aspirar a ganar en las contiendas políticas.

          "¡Aguas con la derecha!", porque la derecha y sus corifeos están repitiendo un discurso de odio, de miedo y de división, en donde los malos de la obra de teatro que es la política nacional, son la izquierda y sus actores "comunistas" que quieren llevar al país a ser otra Venezuela o Cuba, enfatizando su decir como si estas naciones fueran la representación del demonio en la tierra, y con ello pretender sustituir en los roles protagónicos a los actores militantes de izquierda, con actores representantes de la más rancia derecha: Ricardo Salinas Pliego, Eduardo Verástegui, Lilly Téllez, Chumel Torres, Pedro Ferriz padre e hijo, Alessandra Rojo de la Vega, Javier "Chicharito" Hernández, Diego Dreyfus, Poncho De Nigris, Adrián Marcelo, Luis Castilleja alias "El Temach", Carlos Alazraki, y demás que se sumen a este objetivo, aunque esta pretensión ha tenido muchos tropiezos, como Xóchitl Gálvez y las reapariciones de Ernesto Zedillo y Enrique Peña, que duraron menos que un suspiro de nostalgia por aquellos tiempos ya idos del neoliberalismo y del panismo.

          Tropiezos que con certeza sustituirán con otros, y es que la derecha y sus corifeos, digámoslo de manera irónica, pretenden construir el segundo piso fascista de su cuarta regresión: la primera regresión fue el primer imperio encabezado por Agustín I; la segunda regresión fue el segundo imperio encabezado por Maximiliano; la tercera regresión fue el porfiriato encabezado por Porfirio Díaz; la cuarta regresión fue el neoliberalismo encabezado por el PRI y el PAN. Y el segundo piso de esta cuarta regresión, hay que decirlo, está en la búsqueda de quien lo vaya a dirigir, por eso este discurso de la derecha y de sus corifeos. Discurso y acciones, que quede claro. Así que, por favor y en verdad: "¡Aguas con la derecha!".

          POSTDATA. A principios de la década de los años ochenta del siglo pasado, la periodista Keren Lara entrevistó al entonces exitoso músico, compositor y cantante Rigo Tovar ("Confesiones de Rigo Tovar"), y una parte relevante de la misma fue la siguiente:

          "-¿Eres militante activo en algún partido?

          -No. Nunca milito con ningún partido político en especial, pero tengo ideas muy claras a ese respecto.

          -¿Por ejemplo?

          -Pues, no creo que todo se deba arreglar a balazos. No, no soy revolucionario. Es la verdad. Y estoy por un socialismo intelectual. Romántico. Y sin violencia".