El caso de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, la verdad hay que verlo como lo que es, no es un asunto cualquiera.
Sobretodo ante lo que ha sido el dolor que han vivido sus familiares desde aquella noche del 26 de septiembre y madrugada del día siguiente, de 2014, cuando aquellos inexplicablemente desaparecieron.
Hecho que, por todos los detalles que han salido a la luz pública, cimbró las estructuras de la sociedad mexicana y de manera unánime, hay coincidencia en que es algo que no se debe volver a repetir; un caso que se ha convertido en una verdadera bola de nieve, y que cada día que pasa parece convertirse en uno más de los que en la historia inagotable de nuestro país hoy son recordados como casos sin resolver.
Un acontecimiento que, en un primer momento, produjo lo que fue calificado por Jesús Murillo Karam (en aquél entonces Procurador General de la República), como la "verdad histórica", la cual tiempo después, en el sexenio pasado, se trató de echar abajo por Alejandro Encinas, Subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, quien sostuvo que se trató de un crimen de Estado.
Hipótesis que en su momento fue cuestionada, principalmente por los elementos que deben reunirse para poder calificar un acontecimiento como hecho de esa naturaleza, sin que la afirmación de Alejandro Encinas, lograra echar abajo la famosa "verdad histórica".
Tan es así que, en días pasados se publicó en algunos medios (poca divulgación tuvo por cierto como si no fuera un asunto de interés nacional), lo resuelto por el Décimo Tribunal Colegiado en Materia Penal de la Ciudad de México, que conoció del juicio de amparo promovido por Blanca Alicia Bernal Castillo, ex fiscal de la Unidad Antisecuestro de la FGR, resolución que en su parte medular dice:
"La versión conocida como verdad histórica, hasta la fecha no se advierte que sea falsa si, como acontece, no está acreditado que exista otra versión que corresponda con la realidad".
Así las cosas, lo resuelto por el mencionado tribunal, sumado a todo lo que ha ocurrido en el proceso penal de ese caso, en donde ha habido de todo como en botica, y que ha sido ampliamente difundido por los medios de comunicación, particularmente lo que ha sido la actuación, durante los últimos años del gobierno de Enrique Peña Nieto, primero de Jesús Murillo Karam; después, en el sexenio pasado con Alejandro Encinas, y por último con el actual Fiscal Especial Rosendo Gómez Piedra, y sus funcionarios, permite afirmar que el caso de Ayotzinapa, se ha convertido en un cuento de nunca acabar, un asunto inagotable.
Aunado a ello, lo ocurrido en días pasados en que se dio a conocer la detención ahora de la octogenaria magistrada Lambertina Galeana Marín, quien fuera Magistrada Presidenta del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Guerrero, por la destrucción de unos videos, que se dice tenían relación con lo ocurrido aquella noche y madrugada de septiembre del 2014.
Por último, lo que faltaba, ahora la petición de los familiares de los estudiantes desaparecidos para cambiar al fiscal especial en cuyas manos está ese caso, el tabasqueño Rosendo Gómez Piedra, a quien se refiriera la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum, en la reunión que tuvo lugar este miércoles 28 de mayo, en la cual reprochó a dicho funcionario sus dichos en torno a que las autoridades se dedican a buscar "cadáveres" de los jóvenes.
Pareciera ser que todo es un cuento de nunca acabar y cada día que pasa lo que va agarrando forma es que a los familiares de los estudiantes desaparecidos se les están dando puros distractores.
Por cierto, algunos de esos familiares ya han fallecido y los que sobreviven no se cansan de peregrinar con la esperanza de saber qué pasó y donde quedaron en realidad los cuerpos de sus estudiantes.
Un asunto sumamente delicado en verdad, con muchas aristas, complejo, nada fácil, heredado al expresidente Andrés Manuel López Obrador y asumido por éste como uno de sus principales compromisos de campaña, el llegar a la verdad de los hechos pero, lamentablemente, lo real es que también, hoy es parte de la herencia recibida por la Doctora Claudia Sheinbaum.
En este 2025, a casi 10 años de aquella fatídica noche, Ayotzinapa, sigue siendo una historia inagotable, un cuento de nunca acabar. (altar_mayor@yahoo.com.mx)