Altar Mayor

Solo Dios sabe...

La vida no vale nada/comienza siempre llorando/y así llorando se acaba/por eso es que en este mundo/la vida no vale nada....

Así es mi querido lector, en estos tiempos –parafraseando al inolvidable compositor guanajuatense José Alfredo Jiménez con su melodía "Camino de Guanajuato"— México es el país en donde la vida "no vale nada".

El hecho trágico en el que perdiera la vida Carlos Manzo Rodríguez, Presidente Municipal de la ciudad de Uruapan, Michoacán, conocida como "la capital mundial" del aguacate debido a su alta producción del mismo, viene a demostrar una vez más que el horno no está para bollos; que los grupos delincuenciales nos arrebataron las banderas de la paz y que los balazos siguen superando a los abrazos.

El suceso, ocurrido el pasado uno de noviembre, se dio a pocos minutos de haber iniciado lo que tradicionalmente se celebra en dicha localidad como Fiesta de las Velas, cuando el citado servidor público fue abatido por las balas asesinas salidas del arma que portaba un individuo que también, en el mismo momento, resultó muerto por uno de los escoltas de la víctima lo que de entrada metió en un dilema a las autoridades investigadoras, porque el agresor ya no podrá rendir declaración de ahí que será muy difícil  saber quién o quiénes están detrás del artero crimen.

Pero como ha venido ocurriendo desde hace mucho tiempo, si no con las mismas palabras, pero si muy parecidas, de inmediato surgieron voces, declaraciones, comentarios, opiniones, provenientes de servidores públicos, miembros de la clase política,  medios de comunicación y del pueblo sabio con orientaciones diversas, algunas calificando el suceso como un hecho lamentable, mostrando empatía con los familiares de las víctimas, ofreciéndoles que recibirán el apoyo necesario, asegurándoles que se hará la investigación correspondiente con la promesa de llegar al fondo para dar con los responsables y el remate que se ha convertido en un slogan: No habrá impunidad.

Y en ese concierto de opiniones o descalificaciones, también –como siempre— se han generado expresiones calificando a unos como buitres, carroñeros, exagerados, sin faltar lo que también ha estado en el ambiente, que lo acontecido es consecuencia de la guerra iniciada por Felipe Calderón y de que quieren que regrese García Luna, como también que piden que haya militarización, mientras que hay quienes no desaprovechan el momento para acusar al Gobierno de la 4T lanzándoles culpas de lo sucedido.

El circulo vicioso de siempre. Un tira y tira, un echarse la culpa unos a otros y hasta en forma ruin ocupar el tema para denostar la estrategia de seguridad nacional.

Y en todo esto hay quienes ven el asunto como un caso más que se sumará al de otros que ya están en  la estadística, donde ya figuran los de  la muerte de Luis Donaldo Colosio,  la  familia Lebaron, la muerte de dos sacerdotes jesuitas, alcaldes municipales, lideres sociales, policías, periodistas asesinados, artistas,  servidores públicos entre ellos los recientemente ultimados miembros del gabinete de Clara Brugada, los 43 estudiantes  desaparecidos de Ayotzinapa, etcétera etcétera, sucesos que han cimbrado la vida nacional  y han venido engrosando el expediente de la impunidad.

Mucha declaracionitis, muchos buenos deseos, muchos dimes y diretes en un escenario donde los malos siguen haciendo de las suyas en tanto que México sigue siendo noticia nacional por estos hechos violentos.

¿Tan mal andamos que no nos damos cuenta que el elefante ha estado y sigue ahí en la sala? Un talón de Aquiles que se niega a morir.

La pregunta es ¿hasta cuándo se verá la luz del túnel? Sólo Dios sabrá. (altar_mayor@yahoo.com.mx)