Análisis de fondo

¿Son mejores las políticas económicas de Izquierda o de Derecha? (I)

Parte I: Generalidades

Me han hecho esta pregunta en diversas ocasiones. En el presente artículo, voy a tratar de contestarla.

Por "Políticas económicas de Izquierda" quiero decir todas aquellas que se dirigen al mejoramiento directo de las condiciones de vida del 90% de la población menos privilegiada, mientras que por "Políticas económicas de Derecha" quiero decir todas aquellas que se dirigen al mejoramiento directo de las condiciones de vida del 10% de la población más privilegiada. Dichas políticas podrían ser implementadas por gobiernos que profesan cualquier signo político, pero yo me voy a cernir a las políticas económicas como base de la propuesta política, sin considerar la autodefinición de la administración pública en poder.

La filosofía económica tras de cada una de estas vertientes de política económica es sencilla, y en principio es la misma. Cada grupo de seguidores señalan el cumplimiento de las demandas de su base en forma directa y las del resto en forma indirecta. Para la Izquierda, primero se atiende a la población mayoritaria y desde su mejoría, los grupos de "arriba" también se beneficiarían. Por ejemplo, está el slogan de Andrés Manuel López Obrador, "Primero los pobres." Para la derecha, es casi igual, pero priorizando la pirámide socioeconómica al revés. Primero hay que atender a los de "arriba" y con su mejoría, van a mejorarse los demás. Por ejemplo, en los tiempos de Reagan, estaba muy de moda la teoría de "percolar (gotear) hacia abajo" ("trickle down" en inglés). Por ello, no hay que privilegiar a los grupos de "abajo".

En cualquiera sociedad, hay tres grupos económicos grandes: los propietarios de Capital; los de Trabajo; y los Gobiernos. Los propietarios de Capital son pocos, y especialmente los de Gran Capital todavía menos numerosos. La formación de Capital básicamente proviene de dos fuentes: Ahorros y Hurtos. Al Capitalismo, no le interesa la fuente de Capital. Pero, sí le interesa muchísimo la tasa de ganancia de Capital, premiando la más alta y castigando las más bajas mediante el método de la Inversión con gusto, entusiasmo y hasta excesos en los primeros, y el retiro de las Inversiones en los otros. La actividad económica se modifica de esta manera. Por ello, toda empresa, en todo el Mundo, busca maximizar sus ganancias, ya que un fracaso en este aspecto significa el fracaso general de la empresa.

El resultado es que aquellas empresas con altas tasas de ganancia crecen y las otras desaparecen. Es una cosa de supervivencia, no una opción. Las empresas "exitosas" también tienen buenos ahorros y se reinvierten en esas empresas u otras para producir la siguiente ronda de ganancias. Lo que es cierto para cada empresa también es cierto para todo el sector económico al cual pertenece, y de ahí para las naciones que albergan sus empresas.

El Trabajo y el Gobierno, ambos, dependen de este juego de tasas de ganancia. Una empresa "exitosa" podría solventar mejores sueldos y prestaciones (o impuestos debidos) que otra con problemas financieros. Las negociaciones entre los sindicatos y las gerencias empresariales dependen mucho de este factor de ganancia. A la larga, un país no podría pagar los sueldos de sus trabajadores si no tuviera empresas con altas tasas de ganancia. Las luchas económicas sin cuartel que observamos en diversos países son ejercicios de distribución de un producto económico creado, pero no hay solución si ese producto mismo se haya estancado, o peor todavía, si haya retrocedido.

Es cuando se comienza a buscar soluciones extraeconómicas, tal vez hasta violentas. Por ejemplo, la encerrona en la cual los "Aliados" mantuvieron a Alemania después del Tratado de Versalles en 1919 abrió el camino fácil (y a través del voto) a Hitler, quien solo tenía que convencer a la tercera parte del electorado de la injusticia para Alemania del trato opresor, cosa que el mismo Keynes, negociando para la Gran Bretaña en Versalles detalló en su obra, "Las Consecuencias Económicas de la Paz", y había asesorado a todos a quienes pidió no hacerle a Alemania esa injusticia insostenible, como de hecho resultó en realidad veinte años después.

  • El autor es Doctor en Economía, especialista en planeación y finanzas, colaborador de PRESENTE. Agradecemos la entrega de este estudio inédito sobre un tema de actualidad. (Continuará)