Parte VI: La Competencia tecnológica y económica entre China y los Estados Unidos
Desde hace varias décadas, China y los Estados Unidos están en una competencia económica. Inicialmente, los Estados Unidos tienen la ventaja competitiva de mejores productos, servicios y precios. Pero, paso a paso, China ha recortado esas ventajas y las ha eliminado por completo en una serie de sectores: los renovables de energía, vehículos eléctricos, y el procesamiento de materias raras, siendo tres ejemplos a la vista de todos. Las estrategias difieren. Mientras que los Estados unidos depende de las Políticas de Derecha, China utiliza las de Izquierda en forma potente y ganadora. Veamos.
Los billonarios manejan a los Estados Unidos y por ende son el grupo más favorecido en las políticas nacionales. Se aprieta a las clases medias para que el excedente se traslade, mediante el sistema fiscal, a la clase privilegiada. El resultado es que la economía estadunidense crece lentamente. El apoyo social, especialmente en educación, se recorta cada vez más, reduciéndose la gran aportación de esta clase a las innovaciones requeridas para un crecimiento rápido. De hecho, su lugar lo toman los ingenieros y científicos asiáticos. Hay mucho capital, pero no las oportunidades de inversión requeridas para bajar ese capital en suelo estadunidense. El capital busca otras alternativas fuera de la economía nacional. Mientras que esa inversión ayuda a la economía nacional, mediante suministros de materias primas, por ejemplo, todo marcha bien; pero si la inversión crea nuevos competidores, como ha ocurrido en las manufacturas, el resultado es el ocaso de la industria estadunidense. Todo resultado de las Políticas de Derecha.
En cambio, en China, el Partido Comunista y el Gobierno no están manejados por los billonarios, pueden tomar medidas de beneficio para su Nación, pero no para sus billonarios, y las hacen a cada rato. Los billonarios inconformes, como el sonado caso del dueño de Alibaba, Jack Ma, están castigados públicamente y sus privilegios seriamente recortados. El Partido está arriba, y puedes ser billonario, pero no puedes instruir al Partido. Ahora bien, el Partido funciona mediante un plan quinquenal, en donde se ponen todos los datos relevantes a la problemática de ¿qué clase de país queremos, en detalle, en 5 años, sector por sector, región por región? Y así sucesivamente. Aquí viene la participación popular, elemento esencial de las Políticas de Izquierda, aunque al final hay conclusiones a que llegan los líderes. El proceso permite una voz a muchos chinos, no restringido a unos billonarios como en los Estados Unidos. Una vez concluido este proceso, ya no puede haber más discusiones, sino hay que trabajar para lograr las metas planteadas. Otra vez, no es que se eliminan la información de los mercados. Mas bien, el Plan viene primero, y los Mercados son secundarios. Es decir, los objetivos nacionales son superiores a los de aprovechar los mercados en beneficio propio. En los Estados Unidos no hay plan, y por ello lo único que tienen son los mercados. Su método, basado en las Políticas de Derecha, es claramente inferior al chino.
La diferencia se ve en los diversos indicadores de Ciencia y Tecnología a escala mundial. Cada vez más, el balance se inclina en favor de China, mientras que los Estados Unidos, con sus Políticas de Derecha, no se pueden liberar de los sectores controladores y monopolistas, como son las compañías petroleras o automotrices, aferrados a las tecnologías descubiertas en el Siglo XIX, y desde luego mejoradas, pero sin modificarse la base tecnológica. De esta manera, la competencia china-estadunidense es también la de las tecnologías establecidas y viejas versus las nuevas que buscan destronar a aquellas cómodamente sentadas en los mercados. Otra vez, veo la ventaja decisiva para los chinos.
Una tecnología no se establece en un rincón o país del planeta, sino en todo el planeta. Por ello, los promotores de la tecnología requieren tener el acceso a todo el Mundo, cosa que China se ha cuidado en obtener con mucho esfuerzo. Sus productos dominan en todo el planeta con la excepción de Norteamérica. Es el principal exportador del Mundo y su estrategia es distribuir el peso en forma pareja entre todos los países, de nuevo algo que proviene de las Políticas de Izquierda, más inclusivas y universales que las de Derecha. Por ello, la tecnología china se beneficia de su apertura hacia todos. En cambio, los Estados Unidos y Europa imponen sanciones y prohibiciones, a veces se quedan con el dinero de otros, como son los casos de Rusia e Irán, y quieren torcer a todos a cumplir con su voluntad, como es el caso de la compra de petróleo ruso. Todo ello ha venido destruyendo la confianza de muchos países en la palabra del Occidente.
El reciente asalto del Gobierno de Holanda a una empresa china fabricante de chips es indicativo del problema. El Gobierno holandés saca al gerente chino de Nexperia y lo remplaza con su propio sin más que ese acto arbitrario. Los chinos respondieron cortando a Nexperia de sus suministros chinos. Nexperia no podía fabricar sus chips en Holanda por su dependencia sobre la matriz en China, como es natural para una empresa guardar sus tesoros tecnológicos en un lugar seguro. Así, automotores europeos y aun Honda, y otras empresas en los Estados Unidos, han tenido que cerrar su producción por la falta de los chips. El caos en las líneas de producción demuestra la dependencia de esos fabricantes de la participación china en su producción automotriz. Pero, la gran pregunta para el Gobierno holandés es: ¿Porque vienes a crear problemas para sus propios fabricantes de automotores? De esta manera, el Occidente va aprendiendo su aguda dependencia tecnológica de China. Lamentablemente, muchos en el Occidente siguen viendo a China como un país de campesinos, y en consecuencia sus esquemas mentales no les permiten absorber la realidad actual.
*El autor es Doctor en Economía, especialista en planeación y finanzas, colaborador de PRESENTE. Agradecemos la entrega de este estudio inédito sobre un tema de actualidad. (Continuará)