Aún se está a tiempo…

Aún se está a tiempo…

El piso parejo en verdad debe de existir en toda la competencia política.

No debe de ser un elemento discursivo dilatorio que permita tras bambalinas erigirse a unos o uno como la mano que mueve la cuna.

¿Por qué no dejar que los ciudadanos sopesen las opciones que se tienen? ¿Acaso los aspirantes con el hecho de serlo creen que ellos tienen una “visión” más entendida de lo que pasa y lo que debe de acontecer? ¿El ciudadano – elector es tan tarugo que necesita que por medio de calumnias, ataques, promesas marcianas y dadivas se le motive para participar?

En los ataques y descalificaciones en términos reales se agrede al ciudadano, a ese que comulga a muerte con los postulados priistas, perredistas, pvemistas, panistas o amlistas.

Porque a diario se exalta y se presume la militancia que cada instituto tiene, pero al descalificar a los aspirantes visibles, directamente se torpedea al ciudadano que profesa una “fe” electoral por su gallo.

Valido es que con todo el dinero público gastado y por gastarse, y el andamiaje jurídico que se ha creado o inventado dirían algunos, se deba encuerar literalmente a quien en busca de llegar al poder quiera vernos la cara de bueyes.

No debe haber duda de que si alguien es corrupto y proclive a la trampa y al actuar alevoso y con ello pretenda sangrar el patrimonio colectivo, se deba señalar de inmediato, y  más aún se deba poner ante las instancias encargadas de impartir justica para que responda por sus tracaladas. El entorno político-social-cultural de nuestro país está urgido de una real cruzada contra la impunidad y el restablecimiento del orden y el respeto universal, esa si sería una señal de esperanza.

En democracia –el gobierno de la mayoría- se gana o se pierde, eso es en función de lo que decida la mayoría que participe, porque en la otra cera quedan los que se mantienen al margen, apáticos, desinteresados, indiferentes, hartos y desilusionados, y esos lamentablemente  no cuentan, aunque representen la estadística más grande de la ciudadanía; los “antidemocráticos”, anti políticos, los que viven al margen de la conformación del tejido nacional.

Hoy, más que nunca nuestros políticos deben entender que la forma y el fondo que manifiestan, no ha logrado establecer un mínimo de concertación social, más aún en la etapa de los recortes presupuestarios recurrentes deben entender que la dilapidación de dineros en los procesos de renovación del poder público se siguen convirtiendo en un gasto lesivo y sin sentido.

Ante la debilidad institucional y la vorágine colectiva, lo que está por definirse el año próximo es un modelo urgente y a la medida de los retos del Estado Mexicano, y esa pesada losa no se ve quien de los políticos visibles la pueda asumir con total entereza, con amplitud e inclusión real; aún se está a tiempo de buscar un consenso nacional donde prevalezca el bienestar de la nación, aún se está a tiempo…

Zarpazo. Anatomía de una masacre, un Pulitzer que retrata microscópicamente el poder del crimen organizado. Desgarrador e indignante.