A un año de su gestión, el gobierno de Javier May Rodríguez se posiciona como el arranque más prometedor en décadas, especialmente en comparación con periodos anteriores marcados por escándalos de corrupción, como el de Andrés Granier, o inestabilidad política.
Tres rubros que han sido el eje de su gestión como gobernante: inclusión social, seguridad y disciplina financiera, basados en avances reportados en informes oficiales, iniciativas legislativas y datos preliminares de su primer año.
Estos logros se sustentan en un enfoque de "Gobierno del Pueblo", con énfasis en la austeridad, el combate a la corrupción y la cercanía territorial, lo que ha permitido resultados tangibles en un estado históricamente rezagado en equidad y gobernabilidad.
En décadas pasadas, Tabasco ha sufrido una inclusión social fragmentada, con programas clientelares que beneficiaban solo a sectores afines al poder en turno, exacerbando desigualdades rurales-urbanas y de género.
May Rodríguez ha revertido esto mediante la constitucionalización de derechos sociales y la expansión de programas universales, logrando que el 50% de los hogares tabasqueños reciban al menos un beneficio directo en su primer año —un alcance inédito desde los 90, cuando los apoyos eran esporádicos y politizados.
Se inició la entrega de tarjetas del Programa Bienestar y Plenitud para más de 13 mil hombres de 63-64 años, con pensiones bimestrales de 3 mil pesos. Además, el Programa Federal de Pensión para Personas con Discapacidad, 0-60 años, incluye rehabilitación y apoyo directo.
Mujeres emprendedoras reciben financiamientos de 5 mil a 50 mil pesos vía "Tandas para la Mujer", impulsando autoempleo e inclusión financiera. Jóvenes y deportistas obtienen becas de 10 mil pesos mensuales para los Juegos Conade 2025.
El Programa Pescando Vida, impulsado desde el inicio de su administración en octubre de 2024, se ha consolidado como el programa de apoyo a la acuacultura y pesca más grande y único en su género en México.
A diferencia de iniciativas similares en otros estados, que suelen ser fragmentadas o limitadas a subsidios esporádicos, Pescando Vida integra un enfoque integral de desarrollo social, económico y sustentable, con una inversión estatal sin precedentes que prioriza a comunidades vulnerables y olvidadas.
En 2025, se destinaron 617 millones de pesos, con proyecciones para mantener el apoyo durante seis años. Esto incluye la rehabilitación de la piscifactoría de Teapa, la más grande del país, que produce 12 millones de alevines anuales, y el Centro de Reproducción de Tilapia con tecnología de vanguardia.
El Programa Sembrando Vida Estatal, adaptación y ampliación del exitoso esquema federal homónimo, se convirtió en una iniciativa pionera que fusiona el rescate ambiental, la soberanía alimentaria y el desarrollo social en Tabasco.
A diferencia del programa federal —que ya beneficia a más de 50 mil tabasqueños con reforestación en 150 mil hectáreas—, la versión estatal invierte recursos propios para llegar a comunidades olvidadas, generando empleos permanentes y posicionándose al estado como líder nacional en reforestación.
En su primer año, ha incorporado a 20 mil beneficiarios, cumpliendo anticipadamente la meta de 2025, con una inversión de más de mil 200 millones de pesos anuales, y se proyecta beneficiario a 60 mil personas en el sexenio.
El Congreso aprobó iniciativas de mayo para incluir nuevos derechos sociales en la Constitución estatal, como equidad de género y apoyo a vulnerables, reestructurando el Poder Ejecutivo para "hacer más con menos" y liberar recursos para el desarrollo social.
Estos avances contrastan con gobiernos anteriores, donde la pobreza extrema superaba el 40% (INEGI 2018); hoy, el enfoque universal reduce la estigmatización y fomenta la participación ciudadana, posicionando a Tabasco como referente en la 4T.
De la impunidad a la prevención tecnológica
La seguridad en Tabasco ha sido un talón de Aquiles por décadas, con picos de violencia en los 2010, bajo el gobierno de Granier, y 2020, durante la pandemia, donde homicidios dolosos alcanzaron 300 anuales y extorsiones paralizaban el estado.
La situación se empeoró cuando la seguridad se dejó en manos de criminales, que metieron al estado en una espiral de violencia, cuyos efectos aún se resienten.
May ha logrado una reducción sostenida de delitos de alto impacto, homicidios, robos, gracias a una estrategia integral que combina depuración policial, inteligencia y tecnología —reconocida por el gobierno federal—.
En su primer año, se reporta una tendencia a la baja en homicidios dolosos, con cero impunidad como meta. Aumento salarial a policías, de "salarios de hambre" a niveles dignos, y reclutamiento en la Academia de Policía han purgado corporaciones corruptas, con detenciones como la de Hernán Bermúdez, exjefe policiaco ligado a crimen organizado. Jornadas de Paz en colonias como Gaviotas Sur involucran deporte y cultura para prevenir en jóvenes.
El lanzamiento de "Escudo Olmeca", un C5i con IA, en el que se invertirán 2 mil 500 millones de pesos en 5 mil cámaras, patrullas con GPS, 24 drones y arcos carreteros para detección de placas. Esto permite respuesta rápida y prevención, superando modelos reactivos de administraciones pasadas. Aunque persisten desafíos, como investigaciones a policías por nexos con "La Barredora", la ausencia de bloqueos masivos y quema de vehículos —comunes en 2024— evidencia un control territorial recuperado.
Este modelo preventivo, con énfasis en causas sociales, educación, empleo, marca un quiebre con la "guerra frontal" fallida de sexenios anteriores, logrando paz con justicia.
Austeridad que genera excedentes
Los gobiernos tabasqueños anteriores acumularon deudas por encima del 10% del PIB estatal (hasta 2018), con derroches en burocracia y corrupción que limitaban las inversiones sociales.
May ha impuesto una disciplina rigurosa, liberando recursos vía austeridad y combate a la corrupción, destinados a programas sociales, infraestructura y seguridad. Esto es el mejor indicador en décadas, superando el déficit crónico de los 2000-2010.
En suma, el gobierno de Javier May Rodríguez representa el mejor inicio en décadas por su integración de inclusión social como derecho, seguridad proactiva y finanzas sanas, alineados a un "régimen de cambio" que prioriza al pueblo sobre élites.
Persisten desafíos como la depuración total de corporaciones y la sostenibilidad económica ante presiones externas. Si se mantiene esta trayectoria, Tabasco podría consolidarse como modelo de la 4T, demostrando que la honestidad y la cercanía generan prosperidad duradera.