Colaboración invitada

NUEVA YORK VUELVE A SER FARO

*ZOHRAN MAMDANI Y EL RENACER DE LA CIUDAD-REFUGIO

La elección de Zohran Mamdani como alcalde de Nueva York representa mucho más que un triunfo electoral. Es un acontecimiento simbólico y profundamente político: es la reafirmación de que la Gran Manzana aún guarda en su corazón la esencia que la convirtió en una de las ciudades más emblemáticas del mundo. Nueva York fue construida por manos migrantes, soñada por exiliados, levantada por quienes buscaron un lugar donde respirar sin miedo, y habitada por pueblos diversos que encontraron en ella una promesa de dignidad.

Durante años, esa identidad estuvo bajo ataque. La xenofobia se infiltró en los espacios sociales, la islamofobia se convirtió en una herramienta política, y el discurso antiinmigrante fue utilizado para dividir y sembrar odio. Sin embargo, la victoria de Mamdani demuestra que el relato del miedo está comenzando a perder terreno. Que la ciudad no está dispuesta a renunciar a su historia de pluralidad y respeto.

Mamdani, hijo de inmigrantes y representante de una comunidad históricamente estigmatizada, no ganó en un vacío. Ganó porque miles de neoyorquinos comprendieron que la diversidad no es una amenaza, sino una fuerza. Ganó porque sectores amplios de la población han entendido que los tiempos de odio no pueden definir el futuro. Ganó porque la ciudad está recuperando la memoria de lo que alguna vez fue: un faro.

Su llegada al gobierno municipal es un mensaje poderoso para el mundo:

·         Que la islamofobia no puede normalizarse.

·         Que la diferencia cultural no es motivo de sospecha.

·         Que la democracia no tiene sentido sin justicia social.

·         Que los inmigrantes no son cuerpos extraños: son el pulso vital de la ciudad.

Nueva York vuelve a ser refugio. Vuelve a ser abrazo. Vuelve a ser puerto.

La imagen de Mamdani jurando como alcalde es la prueba de que las palabras "libertad", "oportunidad" y ahora "dignidad" no han sido totalmente capturadas por los discursos vacíos. Significa que todavía es posible construir ciudades donde la convivencia no sea un discurso, sino una realidad cotidiana.

Este triunfo no implica que el racismo se haya evaporado, ni que la discriminación haya llegado a su fin. Significa algo más importante: que hay resistencia. Que los pueblos no están dispuestos a retroceder. Que las comunidades migrantes han decidido no vivir más en silencio.

Zohran Mamdani representa el futuro que muchos creían perdido: un liderazgo que entiende que gobernar no es dividir, sino unir; no es controlar, sino reconocer; no es administrar números, sino defender vidas.

Nueva York vuelve a latir con esperanza.

Y una ciudad con esperanza, es una ciudad imparable.

"DIGNIDAD ES OTRA MANERA DE DECIR LIBERTAD"

Zohran Mamdani