Me parece que no podemos ocultar la tragedia con un dedo. Estados como Tabasco no están preparados para enfrentar la crisis migratoria de los países vecinos, nuestros vecinos empobrecidos igual que los habitantes de esta región. Sólo que Centroamérica tiene sobre sus espaldas los resultados de terribles guerras internas y la avalancha de pandilleros expulsados de Estados Unidos.
Y le digo que no estamos preparados porque ya un colega expuso hace tiempo la delicada situación que enfrentan las entidades fronterizas en materia de seguridad, salud y economía.
Lo vemos en estos días cómo varios migrantes que buscaban llegar al país del norte fueron traídos a Tabasco por agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) desde la semana pasada. En espera de "visas humanitarias", tiene que padecer restricciones que afectan sus derechos humanos.
El asesor jurídico del Comité de Derechos Humanos de Tabasco (Codehutab), Efraín Rodríguez León, ha expuesto que los indocumentados, durante proceso de solicitud de refugio, no pueden abandonar la entidad federativa en la que realizaron el trámite, por lo que aquellos que solicitaron la visa en Tabasco tienen que quedarse ahí, y es que las solicitudes pueden extenderse hasta en un año.
Es por eso que hombres, mujeres y niños estén asentados en pleno camellón de la avenida Ruiz Cortines, en Villahermosa, en campamentos improvisados de cartón y bolsas. Reciben algunas monedas de los automovilistas y expuestas a los accidentes, a las lluvias y a la desilusión de no llegar a Estados Unidos.
El gobierno del estado asegura que fueron asistidos y reubicados en un albergue, al tiempo que se analiza la situación junto a la representación de migración, para brindarles apoyo. Pero ahí siguen, bajo el sol y la lluvia, mujeres, niños, familias completas. No debemos cerrar los ojos a esta tragedia.