El último aliento de Peña, a esperar la nueva república

El último aliento de Peña, a esperar la nueva república

¿Cuál sería el principal legado de Enrique Peña Nieto de su sexenio? ¿La corrupción? ¿La inseguridad? ¿La debacle económica? Parece que estuviéramos amarrados por esas tres vertientes. Dichas problemáticas quedaron no solo en la mente sino en lo práctico, y nos llevaron a un resultado el 1 de julio.

Un poco antes de la entrega de la glosa del último Informe del Presidente, presumió en televisión que las reformas impulsadas bajo su mandato constituyen un medio para que México se consolide como una potencia, ¿entonces nunca trató de que fuera durante su mandato?

El aún mandatario federal trató de persuadir con la reforma político-electoral, y la destacó como una de mayor transparencia al igual con más participación femenina en dicha actividad.

De la reforma financiera afirmó que hoy más mexicanos tienen acceso al crédito y una mayor competencia entre las entidades del sector. En materia de telecomunicaciones, Peña destacó un ahorro equivalente a 130 mil millones de pesos por el servicio de larga distancia.

Lástima que una nube negra haya cubierto lo que menciona Peña, ya que los escándalos de corrupción, abuso de poder y otras conductas ilegales o faltas administrativas durante su gobierno siguen impunes hasta ahora.

No se trata de mostrar acciones sanatorias, existe una realidad (no virtual) que perseguirá por mucho tiempo a esta administración. Ejemplos concretos: la “Casa Blanca”, que nunca pudo sostener ni explicar, y que en su momento tuvo un costo político a nivel internacional. Además de temas como Ayotzinapa, Tlatlaya, la estafa maestra y los desaparecidos.

Sobre la seguridad, el Ejecutivo sostuvo que la ejecución de estrategias y líneas de acción de su gobierno pudo lograr el objetivo de preservar la seguridad nacional, lo que permitió mantener la integridad, estabilidad y permanencia del Estado mexicano.

Aunque la percepción se fue convirtiendo en realidad, los asaltos, ajustes de cuentas, y delincuencia alcanzaron un repunte en los índices, superando al gobierno de Felipe Calderón.

Como un aderezo, y de acuerdo al sexto Informe, sostuvo que las Fuerzas Armadas fortalecieron sus operaciones de vigilancia y protección del territorio mexicano en los ámbitos terrestre, aéreo y marítimo.

En esa lista de logros que hizo el Presidente, por supuesto que no convence. El balance lo tiene cada uno de los ciudadanos, y serán los que igual tengan la facultad de calificar al gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

El gasolinazo, la reforma educativa y la energética, serán punta de lanza para el inicio de sexenio.

Son retos que deben servir como ejemplos es esta nueva dinámica de gobernar. Porfiro Muñoz Ledo en sesión del Congreso apuntó: “la reconciliación es un método para reconstruir juntos, pero no un subterfugio para olvidar. Nadie puede abolir la historia, ejercemos tanto el derecho a la memoria como el don de la tolerancia y acatamos el imperativo de la justicia. Esta es la hora cero de la Nueva República”.

Esperemos que así sea.

PARÉNTESIS

De las comisiones que se repartirán en el Congreso local, se tiene previsto que serán diez para la bancada de Morena. Cuatro para el PRD. Dos para el PRI. Una para el Verde. Todos estarán bajo la lupa ciudadana; son nuevos tiempos.