Los desastres no deben volverse naturales o normales. Los fenómenos naturales no deben ser desastres.
EL ALCALDE de Huauchinango, Puebla, Rogelio López Angulo, contradijo a una joven que informaba a la presidenta Claudia Sheinbaum de personas de la tercera edad atrapadas en la colonia Chapultepec (12/10/2025): "ya se trabaja en eso", dijo el alcalde. En ese momento, Sheinbaum lo detuvo: "usted me dice que trabaja, pero la gente me dice que no. Y la verdad, yo prefiero creerle a la gente". La escena capta un momento clave de lo que debe ser un liderazgo de cara a la comunidad. Transmite esperanza en tiempos difíciles de manejar, lo que no supieron hacer gobernadores y alcaldes de cinco estados afectados por las inundaciones recientes, semana de tragedia nacional (10-17 de octubre).
LLEGAR HASTA ABAJO
PARA LA ATENCIÓN inmediata de desastres derivados de fenómenos naturales o provocados (como algunos incendios), es vital la colaboración entre niveles de gobierno (federal, estatal y municipal), lo que incluye distribución de recursos y comunicación oportuna. No puede ser que la prisa produzca declaraciones como las de la gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle, que comentó a los medios: "se desbordó ligeramente el río Cazones". O que el alcalde de Poza Rica, Fernando Remes, responsabilizara a la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), por 14 millones de pesos que en 2024 eran para la construcción de un bordo de contención y que desaparecieron. Por operatividad y pertinencia burocrática, la obra corresponde al gobierno municipal. La salida de Remes fue: "pues ya, métanme a la cárcel". ¿Confía en la impunidad?
Hay dos problemas centrales de operatividad: 1) los recursos federales no llegan rápido abajo; 2) los recursos estatales y municipales son insuficientes. Esto plantea una urgencia: el desarrollo técnico de atención de desastres a niveles municipal y estatal. Quiero recordar aquí una idea de Norbert Elías que citó Erasmo Marín (XEVA noticias, 10/10/2025) con referencia a gobernabilidad y niveles de gobierno: "se necesitan los gobiernos estatales como puente ético y técnico entre el nivel federal y el nivel municipal, para la correcta aplicación de políticas públicas". La colaboración es clave.
PREVENIR MÁS QUE ALBERGAR
EL PLAN DN3 (emergencia nacional) y DN3-E (emergencia estatal) moviliza al ejército para enfrentar desastres. Como país, sólo México lo tiene. Es clave para ayudar con la emergencia desatada. Falta fortalecer una cultura de la prevención. Es decir: que el fenómeno natural no se salga de control, por información oportuna y protocolos conocidos por la población. ¿Mirar lo que hace Asia?
Debe trabajarse una política de prevención. Lo amerita nuestra situación geográfica, con dos océanos al lado, más el ´cinturón de fuego´, zona americana de placas tectónicas que provocan el 80% de los sismos a nivel mundial. Como en la prevención de sismos en CDMX, donde hay una cultura arraigada, debe trabajarse con huracanes y tormentas intempestivas.
PROBLEMA MUNDIAL, ¿ALERTAS TARDÍAS?
INUNDACIONES: fenómeno que se recrudece a nivel mundial. Recientemente en Texas: 135 muertos, con todo y recursos del primer mundo. El cambio climático se cobra el deterioro ambiental con niveles de lluvia nunca vistos.
Debate ríspido en medios fue por alertas tardías. Conagua, 24 horas antes, informó de desbordamientos del río Cazones en Poza Rica y de lluvias que equivalen al volumen de un mes en Puebla y Veracruz. Reportes del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) indicaron lo mismo, aunque monitoreaban más el Océano Pacífico, con alerta por dos fenómenos, mientras que la liebre brincó por el Golfo de México. ¿Qué se podía hacer? El protocolo es: avisar a la Coordinación Nacional de Protección Civil y que ésta avise a los gobiernos estatales, que a su vez avisan a municipios en peligro. Hasta llegar a las comunidades y los más pequeños núcleos que ya deben tener nociones de respuesta. Algo falló en esa cadena.
¿Hubo alertas a tiempo? Testimonios de pobladores son contradictorios. Quizás falló el énfasis del mensaje. O en la credibilidad del emisor. En la zona de mayor riesgo, hubo voceo de alerta/evacuación la tarde/noche del viernes 10. En Poza Rica muchos pobladores no quisieron evacuar las orillas del río Cazones. Ahora el problema es el lodo: "pesa y huele", dice Ángel González, desde la zona cero de Poza Rica: colonia Las Granjas. Con bacterias, vienen las enfermedades. ¿Llegará la ayuda médica?
Mucho hay que aprender todavía de los fenómenos naturales para que no se conviertan en desastres; también para que los incidentes imprevistos no nos tomen sin la preparación elemental. Las áreas de protección civil requieren personal con capacidad técnica y sensibilidad social.
(vmsamano@hotmail.com)