Gisselle: la joven que comparte sentimientos entre la pintura y la música

Gisselle sonríe, abre sus brazos, salta, se emociona, canta, cierra sus ojos, se viste de tabasqueña o de catrina

Gisselle sonríe, abre sus brazos, salta, se emociona, canta, cierra sus ojos, se viste de tabasqueña o de catrina.

Gisselle Perelta May es una joven enamorada de la vida, y con ella va de la mano entre las artes plásticas y la música.

La artista, originaria del municipio de Nacajuca, logra que se llenen de colores los lienzos -como sus cabellos-, aunque algunas de sus obras igual tienen algo de melancolía.

A ella le gusta dibujar rostros, tulipanes, flores, y lo hace con tal armonía que puede recrear a un tucán en todo su esplendor.

Desde niña empezó a delinear -así pasó en su primaria y secundaria- trazos hechos con lapiceros, que escondía, porque los guardaba para sí como esos tesoros cuando no deseas compartir con nadie.

Ya en la preparatoria empezó a darle vida a los rostros, y descubrió el contorno de los ojos, labios, mentón, cejas, la luz en las pupilas...

Su sensibilidad la llevó a leer poesía, y de los versos nacieron dibujos, obras que empezaron a lucir cada vez más.

Perdió el miedo y ganó confianza, tal vez porque en ese momento igual empezó a practicar música, la música de violín, donde también encontró un nuevo brío y le abrió otra puerta. 

Gisselle es ahora de las mujeres que se atreven, de las que se disciplinan y buscan nuevas maneras de colorear hasta encontrar un estilo.  

La estudiante de la licenciatura en Promotor Cultural en Educación Artística en el Ceiba, a su corta edad, tiene participaciones colectivas, algunas en el Centro Cultural Villahermosa y otras en restaurantes.

“A la pintura y la música no las quiero tomar como un pasatiempo, por esa razón –poderosa- cada día me preparo, estudio, investigo, y respiro profundo para seguir encontrándome, no fallarme, porque estoy en lo que verdaderamente me gusta”, puntualiza.

“Cuando pinto o toco el violín descargo emociones, energía, es una combinación que como persona me llena, pero igual hace que comparta sentimientos”.

Ambas disciplinas son sus confidentes, están con ella en sus momentos de soledad, la acompañan, son parte de esa intimidad que posee toda mujer.

Pintar y tocar las cuerdas para ella igual es una suerte, un anhelo, una relación que se hermana y se transforman.

La artista se visiona fuera de Tabasco, en otro lugar para que pueda seguir creciendo, donde ese mundo se vincule con todas sus metas.

Gisselle dice que a veces hace largos silencios. Le gusta pensar. Soñar. Verse como esas nubes que buscan su propio destino.

Por el momento debe terminar su licenciatura. Seguir viviendo su vida con impulsos de artista. No perder su autenticidad, esa que les gusta a sus amigos.

Algún día -asegura- podrá volar más alto, llenarse más de colorido como su tucán. Será un tulipán en todo su esplendor. Continuará siendo ritmo y creación. Porque no dejará de reír, abrir sus brazos, cantar y emocionarse como una auténtica tabasqueña.

PARÉNTESIS

México es un país que cumple su palabra y jamás ha actuado con engaños. Si se solicitan a países e instituciones europeas piezas arqueológicas y documentos históricos en calidad de préstamo, no debe existir temor que no se van a devolver; se van a retornar, se cumplirá. Hay mecanismos jurídicos para todo ello, afirmó el director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto. Esto ante la versión de que las leyes mexicanas establecen que las piezas arqueológicas nacionales que retornen al país se recuperan como propiedad originaria.