La actitud soberbia e histérica de algunos aspirantes

La actitud soberbia e histérica de algunos aspirantes

 

Mientras que hay cada vez más tabasqueños que cambian su trabajo por el ocio obligado por el desempleo, que va al galope, los aspirantes a una candidatura para el 2018, para prolongar nuestra agonía económica, crecen como hongos en el erial en el que se está convirtiendo Tabasco. En MORENA y en el PRI parece que está todo servido en la mesa para Adán Augusto López y Gina Trujillo, salvo posibles sorpresas de última hora, que puede haberlas pero serán eso: Sorpresas. En el PRD es donde el rifirrafe es más alegre y hay hasta empujones, estirones y zancadillas entre los visibles todos los días. Juan Manuel Fócil, que encabeza la tendencia mayoritaria en el partido amarillo, ha logrado un pacto no escrito, pero que funciona muy bien, con Gerardo Gaudiano que es el puntero, y con mucho, en todas las encuestas, para la candidatura a gobernador. Gaudiano no está ni ocupado ni preocupado por esta posibilidad pues es el que tiene las cosas claras. Gerardo Gaudiano debe de seguir transformando a Centro y Villahermosa y lo demás vendrá por añadidura, si es que es conveniente, y si no se dan las condiciones de la gubernatura tiene en la mente la reelección, para que su proyecto sea sexenal y por tanto histórico y duradero. Nada que ver la sensata y madura postura del alcalde de Centro con la actitud histérica de otros que ven como la gente no le cree. Gastan dinero a raudales en reuniones repletas de funcionarios acarreados que acceden a aparecer en las fotos por temor a represalias, pero que en la intimidad de la urna jamás darían su voto a quien no puede desprenderse de su soberbia y malos modales. Gaudiano prefiere entregar canchas deportivas, pavimentar calles, fomentar la seguridad, llevar agua potable y bebible a las casas de los ciudadanos y a la limpieza exhaustiva del municipio en la seguridad de que, además de su deber y compromiso, es también la mejor manera de que los votantes decidan qué es lo que prefieren: Un político que ha venido para servir o un político que ha aterrizado para servirse, a cucharadas soperas, del dinero público. La gente cada vez lleva peor que le roben desde las curules. A pesar de tantos atracos no acaba de acostumbrarse a que le quiten lo que es suyo.