Sobre el asesinato de Charlie Kirk (CKK) en EUA. Hablemos de la noticia como oportunidad de análisis antropológico.
CKK fue influencer y activista que desde 2010 promovió debates fundamentalistas /conspiranoicos siendo operador cultural imprescindible para que C. Donald Trump ganara el año pasado (voto juvenil); su deceso se ha calificado como neomagnicidio debido a la implicación simbólico cultural del gobierno de EUA; su asesino pertenece a otra facción ultra fundamentalista -más profunda- de incels radicales que cuestionan el movimiento MAGA y el Destino Manifiesto que ha retomado D. Trump.
Este neomagnicidio coincide con el resurgir de la mitología del sueño americano y destino manifiesto donde los EUA son ´elegidos de dios´ para expandir sus valores fundamentalistas; ideología sectaria consolidada gracias al protestantismo (de ahí, estas sectas son prohibidas en Rusia, China y otros sistemas políticos) de la sociedad de EUA de principios del siglo XIX de la postindependencia. Aquel periodo se conoció como el Segundo Gran Despertar, dando beneficios exclusivos a los líderes evangélicos, protestantes, metodistas, pentecostales y bautistas para divulgar, gobernar y expandir los valores puritanos neoliberales y desarticular al catolicismo. Esta ideología converge a con un espíritu nacional exploracionista/extractivista.
Hago un paréntesis mental. Quiero revisitar el fenómeno cultural que media este acontecimiento, a saber: la noticia y su transformación de medio comunicacional a informacional: el concepto noticia se ha difuminado. En inglés news deviene de novedoso o acontecimiento, mientras que notitia deviene de ´hecho visto´. En la filosofía romana y derecho penal implica la acción de informar, relatar y revelar un hecho conocido por terceras personas usualmente de fama pública. Su significancia pervive en las amonestaciones de casamiento del rito católico, pues se da noticia de los contrayentes a la comunidad para revelar la veracidad de las intenciones nupciales. Toda noticia comunica y provoca consecuencias sociales/culturales reforzando identidades, tradiciones o narrativas. Lo distintivo de la noticia contemporánea es la dificultad de sostener la veracidad sin relativizar y cómo la información superveniente sobre el hecho noticioso afecta la cultura de las audiencias y grupos sociales.
Por otro bando, el asesino de CKK pertenece al ala extremista de una ideología ultrafundamentalista del aceleracionismo político. Esta ideología profunda especula que la única alternativa política económica es provocar el colapso transcultural para la caída del sistema capitalista. Esta ideología tiene doble vertiente, de extrema izquierda y extrema derecha, ubicados en EUA, Europa occidental, Brasil, Chile, Salvador y Argentina; irónicamente tiene semejanza -de facto- con los extremismos medio orientales islámicos. La parte socialista del movimiento defiende que actualmente el mundo se encuentra en un proceso de desigualdad, responsabilizando al sistema político neoliberal, y los de extrema derecha que dentro de ellos están el anarcocapitalistas e libertaristas que responsabilizan de la crisis contemporánea al estado democrático, gobierno, partidos políticos que benefician a los desfavorecidos, discapacitados, débiles sociales, jubilados, confundiendo esto con comunismo o socialismo. Asimilan en este espectro de odio la inmigración, género, feminismos, el multiculturalismo o la mezcla racial como las causas principales de la decadencia humana. Promueven el actuar violentamente, el provocar caos y el generar atentados pues -dicen-, son necesarios para ´resetear´ el sistema a su orden natural -sea lo que eso signifique-.
El asesinato de CKK resulta oportuno debido a que reforzó la popularidad de D. Trump que iba en caída; un rasgo antropológico interesante es que ambos personajes son admirados por expresar y representar el estereotipo de self made men y heavy thinker pues, ellos sí defienden el país y, según sus seguidores, dicen la ´verdad´ (estos grupos de votantes han perdido el 60% de poder adquisitivo desde los 70´s con el neoliberalismo). No es sorprendente que algunas élites del ´deep state´ estén alineados a estos movimientos alrededor del mundo occidentalizado. CKK y MAGA son representaciones de una crisis económica y cultural profunda; la batalla cultural hoy es contra los valores democráticos, significados como contrarios del capital social-económico de estos grupos. La dignidad, solidaridad, cooperación, los derechos y lo derechos humanos son percibidos como un proyecto que jamás favoreció a los pobres y la clase social media baja blanca periférica en EUA. Independientemente de la perspectiva tomada en esta lectura, estos fenómenos son producto del sistema neoliberal en declive que solo privilegio a las elites de EUA y del mundo, olvidando que la cohesión social implica dignificar la relaciones a todos los integrantes mutuodependientes de un país y sociedad (@ozkahr2).