Más sobre el Senado

Violencia verbal, memoria legislativa y defensa institucional

El pasado martes 23 del presente, aquí en Diario Presente apareció mi texto "Juárez y el Senado", sobre el cual dos dilectos, atentos y puntillosos lectores escribieron algunas líneas que propiciaron las siguientes palabras.

          Por un lado, Ángel Dupuy Santiago preguntó si yo estaba "de acuerdo con la propuesta de que el Senado desaparezca", cuestionamiento al que respondo que claro que no, que en el fondo dije que una cosa son unos supuestos o reales ahorros económicos, o que no debían existir ciertas personas legisladoras porque dan pena ajena, y otra cosa muy distinta sería la desaparición de una institución que ha sido una de las garantes del federalismo y la pluralidad. Además, cuando hice referencia a Juárez sobre el cambio de los tiempos, simplemente reconocí que hoy en día, y al menos hasta el 2030, el Senado no está en manos mayoritarias del conservadurismo añejo, y por lo mismo es una institución fundamental para la construcción del proyecto de Nación encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y la 4T, y como ejemplo está la reforma al poder judicial. También hay que recordar que AMLO no tuvo la mayoría calificada en el Congreso y por eso sus reformas no pasaban, y las que sí lo hicieron, en el poder judicial se encargaron de echarlas para atrás.

          Por otro lado, doña Rosalía Ávalos escribió: "Estoy de acuerdo con el notable militante de Morena, Juan Félix Costa. Para mí es un teatro de obras repetidas sobradas de violencia verbal y ahora hasta golpes. Me entero por las noticias, no les sigo".

          Las anteriores líneas de doña Rosalía Ávalos de inmediato me remitieron a aquellos tiempos en donde en México se vivía una "dictadura perfecta" según palabras de Mario Vargas Llosa, o "dictablanda" según el historiador preferido de la monarquía española y de la derecha mexicana, Enrique Krauze, y es que en esos años y por motivos laborales presencié infinidad de sesiones y debates en la Cámara Alta, de los cuales simplemente ahorita comparto dos protagonizados por el entonces senador Porfirio Muñoz Ledo con sus pares del PRI.

          En el primero y después de que senadores del entonces "partido casi único" dijeran en tribuna una serie de adjetivos sobre quien también en aquel tiempo era presidente del PRD, éste hizo uso de la palabra para preguntarle al líder de los senadores priistas si el debate había dejado de ser político y ya se había rebajado a los temas personales, porque si eso era así, tuvieran presente que él sabía muchas cosas de ellos porque en su momento había sido jefe de muchos de ellos, y es que Porfirio Muñoz Ledo había sido presidente del PRI y titular de un par de secretarías de gobierno federal (Educación y Trabajo). No es obvio decir que el debate se recompuso hacia lo estrictamente político.

          En el segundo y después de que un par de senadores habían protagonizado un diálogo supuestamente irónico en el que pretendieron mofarse del senador Porfirio Muñoz Ledo, éste subió a la tribuna y simplemente dijo que ese día era histórico para el Senado de la República ya que se había presenciado el debut de una pareja de cómicos, pero que lo único malo es que se habían equivocado de escenario, ya que el lugar perfecto hubiera sido el teatro de revista ubicado frente a la Casona de Xicoténcatl, como era conocida la sede anterior del Senado en el centro histórico de la capital del país.

          Con estos dos recuerdos de debates en las sesiones del Senado, me gustaría decir que coincido con la expresión de doña Rosalía Ávalos cuando escribe que "es un teatro de obras repetidas sobradas de violencia verbal", ya que en ocasiones eso ha sido. Y bueno, doña Rosalía Ávalos va un poco más allá, ya que con su expresión "y ahora hasta golpes", está remitiendo al salón de sesiones del Senado a una arena de box, con "Kid Alito" como cabeza de la función.

          Y bueno, yo a diferencia de doña Rosalía Ávalos, no estoy de acuerdo con la propuesta del morenista Juan Félix Costa, de desaparecer el Senado.

          POSTDATA 1. En abril de 1987, en un mitin en Puebla, el entonces candidato del PRI a la presidencia del país, Carlos Salinas de Gortari, expresó: "El Senado de la República debe jugar un papel más activo en nuestra vida política. Debe convertirse en una expresión eficaz de la soberanía de los estados, ser la voz del pacto federal mediante procesos permanentes de consulta y atención a las entidades federativas".

          POSTDATA 2. Ya siendo presidente de la república, un día Carlos Salinas de Gortari le reclamó a los senadores del PRI que siendo ellos sesenta y uno de sesenta y cuatro, siempre perdían los debates con uno de nombre Porfirio Muñoz Ledo, regaño al que un senador guerrerense le respondió algo que ya forma parte del anecdotario político legislativo: "Perdemos los debates, pero ganamos las votaciones".