El regresar al horario de verano, uno de los efectos inmediatos, sería la disminución en la demanda de electricidad destinada a la iluminación de hogares y oficinas durante las tardes, puesto que la luz natural se aprovecha por más tiempo. Esto implica que, durante algunos meses, la CFE puede reducir la generación eléctrica en horas de la tarde-noche, lo que a su vez disminuye el uso de combustibles fósiles y las emisiones contaminantes. Pero ante el incremento de la sensación térmica, posiblemente el ahorro por menor uso de iluminación puede verse compensado o incluso superado, por el aumento en la demanda de energía para climatización de las personas, lo cual dependerá de cada usuario, para que quiera utilizar a la electricidad en sus actividades, y que está realizando entre las 19:00 a 22:00 horas. Por tanto, la curva de carga dependerá de cada región, a cuánto es la sensación térmica a la gente que está sometida, y el tiempo que usa para sentir a gusto en el espacio donde está.
Ante esto cada persona deberá preguntarse, si no quiere tener apagones derivados por la protección de las redes de distribución, la salida de transformadores, o simplemente hacer de forma programada para no comprometer al sistema, ante el incremento de la demanda, y la congestión que puede ocurrir en las líneas de transmisión, y sobre el todo en las de distribución.
El horario de verano podría funcionar, y podría el reducir los apagones, si los municipios al otorgar permisos de construcción de nuevos desarrollos residenciales, comerciales e industriales; y al no planear en forma adecuada. Estas malas decisiones pueden repercutir directamente en la infraestructura eléctrica local, provocando una presión adicional sobre redes que, en muchos casos, ya operan cerca de su capacidad límite al haber sido construida para un nivel máximo de demanda con base a los planes de urbanización, que la Constitución mexicana permite en el artículo 115, que concede a los ayuntamientos la potestad.
Técnicamente, el horario de verano podría beneficiar a la generación de electricidad en México, al reducir la demanda durante ciertos periodos, y permitir una operación más eficiente de las plantas generadoras, especialmente, al disminuir la necesidad de activar plantas de respaldo costosas, y contaminantes.
Reinstaurar, el horario de verano podría aportar cierta sincronía al sistema eléctrico nacional, y aliviaría a la demanda en horas pico en regiones específicas, pero no resuelve el problema de fondo de las redes saturadas. Por ello, la apuesta debe ser por soluciones estructurales de mayor alcance, que garanticen la seguridad y confiabilidad del suministro eléctrico en todo el país, mediante la modernización de la infraestructura, la promoción de la eficiencia energética y el desarrollo de una cultura de consumo responsable. (– Grupo Caraiva – Grupo Pech Arquitecto)