Ha comenzado en Jalpa de Méndez una cultura libresca. No sé con exactitud si es tardía, pero resulta imprescindible que en el municipio crezcan las publicaciones sobre sobre su misma historia.
Cuando recibí un ejemplar de A 40 años de ser embajadora (2025 ), de la jalpaneca Matilde Ulín Barjau, recordé otro título relacionado con cuatro décadas y un territorio: el escrito y publicado en 2006 por Heberto Taracena Ruiz con el nombre de 40 años de gratitud a Jalpa de Méndez. En aquel entonces, el cunduacanense e hijo adoptivo de Xalpan, no dudó un solo momento en agradecerle a los jalpanecos, y con un libro de crónicas y semblanzas, el cobijo recibido en esta tierra jicarera y en sus años de juventud y profesión.
Por esta razón, no es fortuito que la cultura o la tradición libresca continúe por los mismos caminos, sobre todo, cuando el punto de coincidencia o de reunión es construir la historia de Jalpa de Méndez a través de sus protagonistas. Y una de ellas es Matilde Ulín Barjau quien ha cumplido cuatro décadas de haber representado a la municipalidad en la Feria Tabasco, quien asume el rol autoral para narrar en primera persona, y quien —emulando a Taracena Ruíz— quiso dejar en la escritura y en un abanico de imágenes, el registro entre 1985 y 2025, a cuarenta años de haber portado la banda bordada como embajadora de Jalpa de Méndez.
Si bien Ulín Barjau ha destacado en el espacio académico, como se esboza a lo largo del libro recién salido del horno editorial y que ya está a la venta, solo abordaré aspectos relacionados al título y también haré un alto en el prólogo.
De manera general, la publicación cuenta con cuatro capítulos: Historia de mi vida, Crónica de feria, La fiesta de los tabasqueños y Trayectoria profesional.
En el prólogo "Las fortalezas de Matilde Ulín Barjau", el ensayista Miguel Ángel Ruiz Magdónel, traza que A 40 años de ser embajadora estaría en los linderos de la autobiografía, género literario que "proporciona detalles específicos sobre la vida cotidiana, las costumbres y las prácticas de una época determinada". Para él estos detalles "pueden ser invaluables para los historiadores que buscan construir el pasado", y porque revelan "aspectos de la historia que no están documentados en fuentes oficiales". En tanto para los autores, precisa Ruiz Magdónel, les permite "explorar y expresar su identidad, sus luchas y sus triunfos", como es el caso de Matilde Ulín.
El prólogo, imperdible de leerse, cumple su función de brindar una orientación —y no única— a los lectores que ojearán y hojearán el libro A 40 años de ser embajadora, escrito por la sobrina del escritor y destacado antropólogo, Luis Barjau.
"A través de la mirada de Matilde Ulín Barjau, sabemos que la Feria Tabasco es más que una simple festividad; es un encuentro de almas, una celebración de la identidad tabasqueña. Que ser embajadora es asumir una figura de liderazgo, un rol que conecta con las raíces profundas de la cultura y las tradiciones. La embajadora es la voz de su municipio, la representante de su gente, y lleva consigo el legado de sus generaciones pasadas", añade el prologuista Ruiz Magdónel.
Quizá, y tampoco es accidental, el hecho de que la autora del libro no solo cuente la historia de sí misma, sino que edifique puentes con otros aspectos de la historia municipal y de sus actores, y más cuando reconoce quién fue la primera embajadora en representar a Jalpa de Méndez, destacando la participación de Yolanda Ulín Tosca en 1953.
De manera puntual, la autora contextualiza lo sucedido en 1985 cuando recibió la invitación del alcalde Miguel Campos Ochoa para asumir la representación de Jalpa de Méndez, un municipio que pocos han de recordar, en su arquitectura o imagen urbanística, más que por fotografías conservadas y compartidas en medios sociales, porque en cada trienio lo destruyen.
En voz de Matilde Ulín Barjau:
"Desde ese momento mis abuelos lloraron al verme con el traje típico bordado a mano, mi madre me peinó con sus propias manos, con ese amor de madre que se transforma en arte, y me dijo: camina como si el mundo entero fuera Jalpa, hija", relata a cuarenta años de aquel instante.
Desde entonces, siempre ha caminado como en una pasarela imaginaria (así la he visto en los pasillos de la UJAT), es decir, se desplaza con porte, pero no olvidando lo más importante, ir de un punto a otro con toda la seguridad, la identidad y la historia que ha construido en torno a su persona y del municipio.
En el libro, Ulín Barjau está, y como decimos coloquialmente, "con medio Tabasco", con amigas, con las embajadoras de 1985 reunidas 30 años después, mostrando aspectos imprescindibles del municipio, en el carro alegórico estilo ochentero, con el gobernador Enrique González Pedrero y la escritora Julieta Campos, con sus hermanos, entre ellos, Alfredo, sobrinos, esposo, familia. En fin.
El libro es una crónica de relación de hechos: "me enseñaron desde pequeña la importancia del esfuerzo, la fe y la educación más noble para crecer", acota en el primer párrafo del capítulo I: "Historia de mi vida". Pero el libro también es la oportunidad de cerrar un ciclo. Si bien Ulín Barjau nos muestra un Jalpa de Méndez congelado en el tiempo, de los años de las paletas de don Chayo, de la papelería La Escolar, de la tienda de Chololo o la de Panchito Pérez, entre otros protagonistas de la historia comercial del municipio, el libro también funciona como bisagra para ver el pasado desde una puerta transparente y compararlo con estos tiempos del siglo XXI.
¿Cuánto han cambiado las cosas? De solo enterarnos por la radio, la televisión y la prensa del papel que hacía e hizo Ulín Barjau como embajadora, a el caos informativo que se genera ahora en las redes en torno a la participación de las embajadoras, en donde todos suelen ser jueces. De ahí la importancia de la publicación, de aprender del pasado y recuperar no solo la historia sino el marco del respeto.
P.D.
Maty Ulín: gracias por invitarme a comentar tu libro, pero, sobre todo, porque cada vez que me saludas lo haces con el mismo optimismo, esa forma tuya de hablar con los ojos y decir: "la vida es corta y es necesario sonreírle".
@Librodemar