Todos llevamos un priista dentro

Reflexiones sobre poder, ideología y simulación

No estoy seguro de que si siguiera con vida, Carlos Castillo Peraza se atrevería a confirmar aquella frase dicha por él en los años noventa del siglo pasado y que ha trascendido el tiempo. Y es que el ex presidente nacional del Partido Acción Nacional (PAN), muerto el 8 de septiembre de 2000, en su momento dijo: "Todos llevamos un priista dentro".

          Y digo que no estoy seguro de que la volvería a expresar después de ver el accionar teórico-práctico que ha tenido el actual presidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Alejandro Moreno Cárdenas, mejor conocido como "Alito", ya que el líder actual del anterior partido casi único lo único que ha dado como resultado es el adelgazamiento de ese instituto político, tanto en número de gubernaturas, como de legisladores federales y locales, presidencias municipales y alcaldías, pero principalmente de militantes y, por lo mismo, de votos.

          Lo anterior se refiere a los resultados en materia política-electoral, y en lo que respecta al aspecto teórico-ideológico, la mayor aportación del senador "Alito" ha sido esa máxima que expresó en conferencia de prensa en el Senado de la República después de su agresión física al presidente de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, el senador morenista Gerardo Fernández Noroña, el miércoles 27 de agosto pasado.

          Y es que su expresión "que venga aquí para que le pegue dos chingadazos", supera con creces a aquella que en la campaña por la presidencia de la república el mismo "Alito" dijera en referencia al entonces candidato a dicho puesto por parte de Movimiento Ciudadano (MC), Jorge Álvarez Maynes: "Si le hacen falta huevos, yo le presto".

          Y digo que no estoy cierto que Castillo Peraza la signara otra vez porque si algo tenía el también ex legislador, era su disponibilidad al diálogo, a los acuerdos, y por lo que se ha visto de "Alito", está muy lejos de esa práctica política fundamental en toda democracia, aunque muy cerca del diálogo a través de los puños.

          Pero más allá si Castillo Peraza la confirmara hoy en día, lo cierto es que la frase aún está presente en el espectro político nacional, tan lo está que teniéndola como eje fundamental los periodistas María Scherer y Nacho Lozano entrevistaron a treinta y seis personajes públicos que han desempeñado diversas actividades profesionales, que van desde la política misma hasta el activismo social, el canto, la gastronomía, el periodismo, la escritura, entre otras. La mayoría son mexicanas y mexicanos de nacimiento, pero todos han participado en la vida pública del México cotidiano y contemporáneo.

          De todas las entrevistas, diez corresponden a mujeres, pero del número total (36), la mayoría reconoce que sí llevan un priista dentro que contribuye en su comportamiento del día a día. Y son pocos quienes responden de manera categórica que no, que nunca han tenido un priista dentro de sí. Además, sólo un personaje es militante en activo de ese partido, uno que otro lo fue -ex priistas en la actualidad-, pero la mayoría nunca ha militado en él. Pero eso sí, todas y todos hablan de las "virtudes" y de los "defectos" que el PRI tiene y ha tenido a lo largo de su historia.

          "Todos llevamos un priista dentro", expresó Carlos Castillo Peraza, y uno de sus discípulos, el expresidente de la república Felipe Calderón Hinojoza, en su momento dijo que "hay que combatir al priista que todos llevamos dentro", palabras que fueron interpretadas como un distanciamiento hacia su mentor, así como una invitación a superar el sistema imperante en el país de 1929 a 2000.

          Pero en la práctica, sólo sucedió lo primero, porque lo segundo no, sino que más bien con la llegada del PAN a la presidencia del país en 2000, con Vicente Fox al frente, lo que ocurrió fue la fusión del panismo con el priismo que devino en lo que hoy en día se conoce como PRIAN, y que se consolidó con el mismo Calderón como principal habitante de la entonces casa presidencial conocida como Los Pinos. Fusión que por cierto llegó a su máxima expresión en el proceso electoral por la presidencia de México, cuando el PRI por vez primera en su historia, de la mano de "Alito" no tuvo candidato propio y se sumó a la candidatura emanada del PAN, en la persona de Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz, supeditando la antigua ideología liberal priista a la doctrina confesional panista.

          Y también otro panista se refirió a la frase de Castillo Peraza, y es que Ernesto Cordero, ex colaborador de Felipe Calderón, dijo: "No se haga, saquen al pequeño priista que todos tenemos dentro", y bueno, pareciera que muchos no se han atrevido hacerlo, tan no es así, que un día después de la agresión del presidente del PRI al presidente del Senado, los senadores y los diputados federales del PAN responsabilizan a éste último de la agresión padecida, declaración con la que normalizan la actitud pendenciera que no debe aparecer en el órgano institucional que tiene al diálogo, al parlamentar, como la forma primordial de cumplir con sus atribuciones constitucionales.

          En fin, y como dijera el ex presidente del PAN: "Todos llevamos un priista dentro", y los panistas de hoy lo demuestran de manera puntual.