Este tema delicado ha tensado las relaciones entre Canadá y su vecino del sur. Por eso, cuando el presidente Donald Trump, apenas iniciada su reunión con el primer ministro Mark Carney este martes, bromeó sobre sus deseos de anexar Canadá, el comentario generó cierta preocupación, pues podría afectar conversaciones clave sobre comercio y seguridad.
Carney respondió con buen humor y la reunión siguió de manera cordial. Sin embargo, el episodio reflejó la tensión que ha ido creciendo desde que Trump regresó a la Casa Blanca en enero.
- El comentario de Trump surgió mientras Carney elogiaba la habilidad de su anfitrión en política exterior, mencionando varios conflictos en los que Trump había intervenido con éxito.
Carney calificó a Trump como un "presidente transformador" y citó disputas entre India y Pakistán, así como entre Azerbaiyán y Armenia, para luego referirse a los esfuerzos recientes por negociar la paz en Gaza.
Entonces, Trump lo interrumpió con una broma:
Aunque el momento se tomó con gracia, las ideas de Trump sobre anexar Canadá han generado inquietud en ese país desde que empezó a mencionarlas, como cuando habló de convertir a Canadá en el estado número 51 de EE.UU.
Recientemente, en una reunión con generales estadounidenses, Trump volvió a tocar el tema mientras hablaba sobre el proyecto antimisiles Golden Dome, del cual Ottawa quería formar parte.