Accidente no fue por consumo de alcohol

Por tratarse de un accidente en plena madrugada de sábado se creyó que se trataba de una típica combinación de consumo de alcohol y altas velocidades, ahora se sabe que no fue así

No fue por conducir alcoholizado

El sábado 11 de noviembre se hizo viral en redes sociales la imagen de una camioneta Audi sobre la fuente de la Diana Cazadora sobre el Paseo de la Reforma de la Ciudad de México.

  • De acuerdo con el Centro de Orientación Vial (Ovial) de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México (SSC-CDMX) el incidente ocurrió alrededor de las 03:00 de la mañana y al lugar se dieron cita servicios de emergencia, paramédicos y policías, quienes luego de rescatar a los dos tripulantes, hicieron todo tipo de maniobras para poder bajar el vehículo.
La realidad de los hechos
  • Por tratarse de un accidente en plena madrugada de sábado se creyó que se trataba de una típica combinación de consumo de alcohol y altas velocidades, ahora se sabe que no fue así, ya que de acuerdo con medios de comunicación, los peritos no hallaron indicios de bebidas o algún estupefaciente en el cuerpo de Jesús "N", el hombre que manejaba.
  • Se informó que el hombre de 29 años iba hablando con su pareja sentimental, Jaqueline "N" de 25 años. Ambos circulaban sobre la calle Río Mississippi, cuando a Jesús le dio una crisis nerviosa que no pudo controlar, ello le hizo no girar en la glorieta y seguir de largo hacia la fuente de la Diana Cazadora.

Los policías estiman que el vehículo viajaba a unos 150 kilómetros por hora o más. Esa velocidad explicaría el porqué en lugar de impactarse contra la base de concreto de la escultura, la camioneta de lujo la subió y brincó hasta la fuente.

  • Ambos tripulantes resultaron policontundidos y el vehículo solo tuvo daños en la parte frontal; aún no se sabe si ´La Diana´ tuvo daños, pues serán los peritos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) quienes la examinen y determinen su hubo alguna afectación. De hallarla, Jesús deberá pagar una multa equivalente al valor del daño y de 3 a 10 años de prisión, aunque la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas señala que puede haber una reducción en el castigo si el daño no fue intencional.