“Antes me medía un poco, le pegaba con la mano abierta, por ejemplo, porque ella no aguanta mi fuerza, pero la última vez no me contuve, casi la mato, quedó con la cara hinchada y duró como una semana sin poder caminar”.
En esa pequeña habitación, la secretaria judicial escuchaba atónita la declaración que otorgaba Mario “N”, quien relataba la forma de haber ultrajado físicamente a quien era "el amor de su vida".
Mario decía esto mientras enreda y desenreda sin descanso los cordones de su chamarra, sabía que está metido en un gran problema judicial debido a que no sabe controlar su ira y agresividad sobre todo ante las mujeres.
Tiene 27 años y una esposa, cuando se unió a ella pensó que nunca le iba a dar un golpe… “Para mí la mujer era algo muy sagrado, pero me salí del límite”, dijo en su momento ante el agente investigador del ministerio público.
Por desgracia, esta misma historia se repite en el estado de Tabasco, pues muchas mujeres que son sometidas, principalmente por su pareja sentimental.