La especialista en Derecho Corporativo, María Luisa Márquez Castro, explicó que generalmente las víctimas son niños y mujeres, quienes son obligados a prestar servicios sexuales, y para servir como ‘conejillo de indias’ en experimentos bioquímicos, lo cual ha incrementado durante los últimos años.
Sin embargo, uno de los problemas que se ha registrado principalmente en la Frontera Sur es que también los infantes son desaparecidos a la fuerza por bandas delictivas, quienes extraen los órganos de menores para venderlos en el mercado negro.
“Esto es un problema de impacto personal y es un delito de esclavitud moderna y es algo que pasa muy cerca de nosotros, porque Tabasco y Villahermosa son las rutas que ellos utilizan como primera instancia para llegar a Estados Unidos”, dijo.
El Instituto Nacional de Migración (INM), informó que durante los últimos tres años anualmente se presentan más de 600 denuncias relacionadas con el secuestro, delito en el que los hondureños son los más afectados.
Desde el año 2012, la Dirección de Control y Verificación Migratoria comenzó el registro de la estadística de violaciones a derechos de centroamericanos, donde el delito de la desaparición es uno de los más constantes.
Por esta razón, la especialista indicó que la Organización de las Naciones Unidas (ONU), es uno de los órganos que se concentra en denunciar y exigir políticas públicas para la protección de migrantes a nivel internacional.
En el caso de Tabasco, son las asociaciones civiles las que se concentran en llamar a las autoridades a observar el fenómeno y procurar por el bienestar de los centroamericanos que son agredidos.
De estas personas que incluso viajan con menores de edad, el 80 por ciento desconoce los requerimientos oficiales para ingresar al país.
Migrantes desconocen sus derechos en el país