La epidemia COVID-19 que aqueja a todo el mundo, ha sido factor de desequilibrio en la rutina diaria de las personas que se dedican a las labores del campo, sin embargo, no ha sido impedimento para que se realice esta labor y se sigan recogiendo sus frutos para la alimentación.
Esta situación (pandemia), ha forzado a los campesinos a replantear sus actividades en varios sentidos, algunos tienen que ir a sus parcelas en bicicleta, otros caminando, en caballo y los que tienen posibilidad, en motocicleta, pues temen contagiarse por utilizar el servicio de pochimovilistas.
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Ricardo Hernández, es uno de los centenares de campesinos de la zona de Tamulté de las Sabanas, que se han visto afectados por esta pandemia, así mismo, por la implementación de la cuarentena.
“Antes, podíamos salir al campo sin ninguna restricción por parte de las autoridades de la zona, ahora, para ir a nuestro terreno a trabajar, tenemos que ponernos cubreboca, o en su caso, que salga uno o dos personas, por motivos de salud, pero hay que seguir trabajando, sorteando la enfermedad, pues de esto vivimos y de esto come nuestra familia…”, apuntó.
Así también, Rubén García, campesino también de la zona Yokota’n, aparte de dedicarse a cultivar la tierra, también tiene algunas reses, que a diario tiene que ir a ver sus animales por la posible creciente y de las personas que se dedican al robo de ganado.
“Tal vez, puedo morir por esta enfermedad llamada coronavirus, pero no puedo morirme de hambre”, enfatizó.