Cárdenas. Tab.-
MUNICIPIO SEGURO
Al ver pasar la caravana de patrullas municipales, camionetas de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) y unas pick up de la Guardia Nacional (GN), una familia completa salió a la calle, en la colonia Emiliano Zapata, del municipio de Cárdenas.
La menor se agarró a las faldas de una mujer joven, su madre, y la mayor del clan no dudó en acercarse hasta el borde de la banqueta solo para dar la bendición a los uniformados que iban en los vehículos.
- En las inmediaciones, también se observaban vehículos del Ejército Mexicano y la Policía Municipal complementando los rondines.
Calles adelante, en la misma colonia Emiliano Zapata, un nutrido grupo de vecinos se para en una esquina para observar también el paso de los guardianes de las familias cardenenses.
Los vehículos oficiales se desplazaron a baja velocidad por los carriles atestados a esa hora todavía de automóviles y motocicletas, antes de detenerse frente al estacionamiento de un centro comercial.
El operativo había comenzado a las 8:57 en el Periférico, como parte de la estrategia de seguridad implementada por la Fuerza Interinstitucional de Reacción Táctica (FIRT) Olmeca, en los municipios de Cárdenas y Centro.
- Unos despachadores de una gasolinera cercana coincidieron con el motociclista. Ellos antes tenían miedo al realizar sus cortes de caja nocturnos.
- Afortunadamente, desde que pasan los soldados, la GN y los policías estatales y municipales, el temor a los asaltos se ha ido disipando.
En la Central Camionera, los taxistas aplauden la regularidad de los operativos. Uno de ellos se pone a contar los vehículos que pasan enfrente de la caseta que tienen para que aguarden los pasajeros.
Esta vez está desierta, pero según cuentan, en cada llegada de un autobús, salen estudiantes, trabajadores y hasta turistas buscando un servicio a esta hora.
"Está bien que estén pendientes todos los días, con estos operativos, nos sentimos más seguros, el pasaje también y los que nos visitan sienten que tenemos el apoyo del gobierno", mencionó un profesional del volante.
Cerca de una escuela bien alumbrada, un hombre pasó con un bebé en brazos junto a su compañera, que sujetaba a otro infante de unos cinco o seis años de edad mientras caminaban. Ya iban a dar las 10 de la noche.
Con la mano libre, el niño mayorcito aprovechó a decirle adiós a la caravana de seguridad.
Arriba de una de las camionetas azules va el agente José, con más de 26 años en la corporación. Correspondió agitando su propia mano al saludo del infante. Es una escena que se repite continuamente, admitió, pero no deja de ser conmovedora.
Le recuerda siempre a su propio hijo, un menor que aún estudia la primaria. Cuando no está vigilando las calles, se la pasa con él, jugando y haciendo lo que todo padre hace con sus hijos, educándolos.