En los inicio de la ciudad de Villahermosa, el transporte público que comunicaba a la población, era a través de los tranvías o carromatos que iban sobre rieles jalados por mulas en aquellas lodosas y polvorientas calles de lo que fue San Juan Bautista.
Cabe señalar que de acuerdo con el historiador tabasqueño, Ricardo de la Peña Marshall, en su libro “Villahermosa y su historia”, justo el punto en donde se encontraron los rieles, era la terminal de la compañía de tranvías “Maldonado e Hijos”, el cual empezó a operar de 1887 a 1923.
Este medio de transporte tenía tres rutas, su terminal estaba ubicada en las calles Francisco I. Madero e Ignacio Zaragoza y llegaba hasta Atasta-Tamulté. Mientras que el tranvía “Interurbano”, partía de la calle Aldama a Atasta-Tamulté y el tranvía “Pérez Nieto y Cía”, iba de Mayito a Casa Blanca.
Cabe mencionar que el transporte urbano en Villahermosa hizo su aparición en la década de 1880, cuando se establecieron las primeras vías férreas de tracción animal. Fue utilizado como transporte colectivo de pasajeros y mercancías, con lo cual adquirió gran significado para la vida de la población e impulsó la modernidad.
Este transporte circulaba en la ciudad y sus alrededores; para 1907 los tranvías en Tabasco tocaban los poblados de Atasta, Tamulté (rumbo a Carrizal) y Tierra Colorada, que posteriormente pasarían a ser colonias de la ciudad de Villahermosa.
Las primeras empresas que se establecieron para la explotación del ferrocarril urbano en la ciudad fueron mexicanas, pertenecieron a la familia Maldonado y a Alberto Correa, el transporte de motor era de “F. Palenque y Compañía”.
El servicio se proporcionaba desde las cinco de la mañana hasta las diez de la noche.