En pleno proceso de inoculación contra el Covid-19, quedó plenamente constatado que gran parte de la población tabasqueña sigue al pie de la letra la oración… “todo lo dejamos para el último”.
Esto debido a que el Museo Interactivo Papagayo, así como las instalaciones del deportivo Olimpia XXI, estuvieron abarrotados de aquellos ciudadanos que esperaron que la Secretaría de Salud notificara que este lunes – 13 de septiembre- era la última oportunidad, para poderse aplicar el antígeno anti-covid.
Hubieron personas que prefirieron llegar desde las tres de la mañana a realizar su fila, aún cuando las propias autoridades sanitarias han repetido miles de veces que eso no era necesario y pese a ello, hubieron quienes pernoctaron en el lugar, otras más se encerraron en sus autos.
Sin embargo, al acercarse la hora de “apertura de puertas” el desorden se hizo presente por quienes querían vacunarse que por causas desconocidas no lograron completar su cuadro de vacunación de Aztra-seneca y Pfizer.
Las personas, apresuraban al personal a que los vacunara… “porque si no se van acabar las vacunas”, expresó desesperado Antonio Reyes de la Cruz, hombre de 47 años de edad, quien al ser cuestionado de los motivos del porqué no se vacunó cuando le tocaba su respuesta fue simple: “no creía en la vacuna”.
Concepción García Ruiz fue otra de las personas que platicó con el Sistema Informativo de Tabasco (SIT) y expuso no contar con su esquema completo debido a que su “patrón” no lo dejó salir de su trabajo.
Fue tan grande la demanda de la vacuna que los roces y los golpes empezaron a presentarse entre aquellos ciudadanos que en ese momento olvidaron que aún estamos en pandemia y que se tenía que guardar la sana distancia.
El temor de quedarse sin la vacuna, comenzó a desesperar a aquellos catalogados por las autoridades sanitarias como “rezagados”, quienes esperaron hasta el último día para poder inocularse.
Por fortuna, la Secretaría de Salud determinó abrir otras fechas para aplicar la vacuna contra el coronavirus para aquellos olvidadizos que con gritos llenos de palabras altisonantes reclamaban su derecho que no aplicaron cuando pudieron haber recibido su dosis en el momento que les tocaba dentro del programa nacional de vacunación.
Incluso, en las sedes antes mencionadas, acudieron hasta personas desde los 18 años de edad que no se habían aplicado la primera dosis de Pfizer, así como algunos que no se habían aplicado la segunda, quienes también abonaron a que se formara una gran aglomeración.
Por ello, fue necesaria la presencia de elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y de la Guardia Nacional (GN), quienes tuvieron que intervenir ante los frecuentes conatos de pleito cada vez que se abría la puerta para permitir pasar a algunas personas.
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