Palafox y su legado en la Biblioteca Palafoxiana

TESORO CULTURAL EN PUEBLA

La Biblioteca Palafoxiana es un lugar donde el pasado se mantiene vivo a través de miles de libros, muros y mobiliario que evocan la visión del obispo Juan de Palafox y Mendoza (1600–1659).

Este espacio emblemático es un punto de encuentro entre la ciencia, la historia, la cultura y las ideas de quienes, a lo largo del tiempo, pensaron, escribieron y debatieron.

Este valioso centro de conocimiento conmemora dos décadas desde su inclusión en el programa Memoria del Mundo de la Unesco, celebración que incluye la inauguración de una nueva sala dedicada a contar los orígenes de la biblioteca y el papel de Palafox como coleccionista.

• En esta sala se presentan los 20 libros más representativos de su fondo bibliográfico, compuesto por 45,169 volúmenes.

Reconocida como la primera biblioteca pública del continente americano, fue fundada en 1646 tras la donación de la colección personal de Palafox, quien entonces era obispo de Puebla y virrey de la Nueva España. En ese momento, la biblioteca contaba con unos 5,000 libros, de acuerdo con datos del Archivo Histórico Diocesano de Puebla.

El historiador Emir Zamudio, actual director del recinto, resalta que la grandeza de la Palafoxiana radica en que alberga parte fundamental de la historia de México en sus anaqueles: 45,169 libros, 3,545 documentos y 2,500 hojas sueltas. Recuerda con cariño las largas horas que pasaba allí durante su infancia, mientras su padre trabajaba.

"La biblioteca ha sido testigo de momentos clave en la historia de México, incluso antes de que existiera como país: desde la Independencia hasta la Revolución. El que aún conserve su estructura original es casi milagroso", comenta Zamudio, mientras señala algunos de sus libros más valiosos.

Uno de ellos es La fábrica del cuerpo humano (1543), del médico Andrés Vesalio, quien es considerado el padre de la anatomía moderna. En esta obra, Vesalio refutó teorías de Galeno sobre la circulación de la sangre.

El ejemplar resguardado en Puebla es la única primera edición en buen estado que existe en América, y fue la única fuera de Europa durante casi 200 años, hasta que Harvard obtuvo un ejemplar en 1846.

La nueva Sala Temporal rinde tributo al pensamiento y legado de Palafox y Mendoza. Entre los objetos más destacados se encuentra un retrato de cuerpo entero del obispo, fechado en 1770 y proveniente del Museo Regional Casa de Alfeñique, así como una bula papal que prohibía el robo o lectura de libros prohibidos.

Esta bula, firmada por el Papa Inocencio X el 7 de febrero de 1648, autorizaba formalmente la donación de la biblioteca.

El curador Fabián Valdivia reflexiona que, si alguna vez la humanidad desapareciera y seres extraterrestres intentaran conocer nuestro legado, podrían encontrar en la Biblioteca Palafoxiana una clave fundamental para entendernos, pues resguarda la memoria colectiva de siglos.

En el marco del aniversario del reconocimiento de la Unesco, se presenta una exposición de 20 obras significativas.

Valdivia destaca con orgullo que la Palafoxiana es la única biblioteca antigua del continente que ha mantenido su colección original, así como su mobiliario y organización desde el siglo XVII.

"Desde la Patagonia hasta Alaska, no hay nada similar", afirma.

Entre sus tesoros figura un incunable, término que designa a los libros impresos entre 1454 y 1500. Se trata de la Crónica de Núremberg, escrita por Hartmann Schedel en 1493, una obra destacada por su diseño gráfico, que contiene 652 grabados y más de 1,800 ilustraciones, muchas de ellas coloreadas a mano.

La edición conservada en la Palafoxiana, impresa en latín, conserva aún los vivos colores originales gracias a la técnica del temple.

También sobresale la Biblia políglota de Amberes, una impresionante obra de ocho volúmenes que reúne diez lenguas antiguas, incluyendo referencias a los primeros pueblos de América en su visión teológica, conectando así el continente americano con la historia universal.

En suma, la Biblioteca Palafoxiana representa un legado vivo que guarda siglos de pensamiento, historia y conocimiento. Un patrimonio que continúa inspirando a las nuevas generaciones.