Bordar el arte, desbordar la vida, entrevista con Elena Martínez Bolio

Artista y artesana que combina la cultura en el más amplio sentido

Bordar el arte, desbordar la vida, entrevista con Elena Martínez Bolio

Quienes la conocen saben que es una mujer muy activa, plenamente entregada a lo que emprende. Recientemente pudo ser admirada una pasarela de los bordados y tejidos, sus estampados y el vestuario, en el Gran Museo del Mundo Maya, en Mérida, Yucatán. Es Elena Martínez Bolio, artista y artesana que combina la cultura en el más amplio sentido; desde la vida cotidiana al infinito de la imaginación. 

De su pasarela de modelos dice que la intención es hacerla cada año en México. La pandemia la hizo quedarse en casa y en el 2020 tuvo que realizarla en línea; en el 2021 logró realizarla para un grupo reducido en la terraza del Museo Regional de Antropología e Historia Palacio Cantón, en la capital yucateca. 

“La caminata atuendo, arte y cultura este año 2022 estuvo fantástica”, dice a PRESENTE.

También muy satisfecha de su participación en el Colectivo de Artistas y Artesanos de Yucatán (CAAY), con cuyos integrantes tuvo una expoventa.

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Víctor M. Sámano L: La observo y su ánimo es contagioso, ¿cómo nació esa vocación por el bordado, la construcción de arte objetos

Elena Martínez Bolio: Desde siempre amé los oficios; por familia vengo de ellos. Mi abuelito José Eusebio Martínez Nadal, cubano, llegó a México. Era Licenciado, aquí se formó de herrero. Creo que los oficios terminan dándole dignidad a muchas licenciaturas. Después de la Segunda Guerra Mundial, la escolaridad aumentó; setenta años después miramos que la licenciatura no garantiza que obtengan trabajo bien remunerado. Se inició un retorno a los oficios muchos olvidados, mira cuántos peluqueros están de moda, o chef (cocineros), la lista es interesante. 

VMSL: Eso explica su propio oficio 

EMB: Yo siempre deseé hacer lo mío. Una cosa llevó a otra. Aunque soy egresada de Bellas Artes estatal, el cuidar de mi familia en físico, el que mi papá viviera en casa y cada día envejecía hizo que yo retornara a casa dejando mi trabajo de dibujante en la empresa familiar. Volví artesanalmente a armar una realidad compatible: trabajar arduamente textiles, arte y familia. ¡Son mis motivos! 

Los textiles, esos que habían quedado como algo utilitario iniciaron tomando el lugar que merecen; el de la obra artística y vestirse de lo hecho a mano es boleto seguro a la dignidad, atemporalidad e incluso, repito, un textil bien logrado es un documento y puede ser herencia. Uno de mis oficios es escribir, antes dibujar, otro más cocinar. 

VMSL: Los objetos como arte... 

EMB: Arte objeto con cosas olvidadas y todo en la vida es creación, porque anida en cada uno de los seres humanos, esperando a que perdamos el miedo. Aceptar también que la creación es algo divino, que viene de un momento íntimo con el Ser que nos creó. 

VMSL: ¿Qué es lo que más le satisface de su trabajo? 

EMB: Comunicar. Adherirme a otros seres humanos a través del lenguaje textil. 

VMSL: ¿Algún trabajo del que se sienta especialmente orgullosa?

EMB: Orgullo no es una palabra que use porque tiene como sinónimos el sentido de suficiencia, conlleva soberbia. Se suele tener ante esto actitudes de altivez, de cierto engrandecimiento, el orgullo nos vuelve engreídos, se tienen ínfulas, asoma la vanidad y pedantería. 

VMSL: ¿Entonces cómo lo califica? 

EMB: Lo que he experimentado es el sentido de satisfacción con alguna obra o exposición. Porque suele honrar por qué lo hice y eso es algo de dignidad en todo ser humano, ser fiel al proceso creativo sin escatimar absolutamente nada, no tiempo, ni materia prima, ni el deseo de agradar. 

LOS HILOS ADECUADOS 

La expresión en el arte de Elena Martínez Bolio se sustenta en una reflexión, pero también en una sensibilidad humana y social. Dice que la inspiran “las ampollas sociales, los grupos que no son escuchados”. 

VMSL: ¿Cómo es tu proceso creativo? 

EMB: En soledad. Haciendo silencio en mi interior para no dejar que sea el pensamiento el protagonista. Necesito silencio. Suelo antes estudiar el tema; leo mucho sobre las desigualdades en el mundo. Me doy un zambullón a la arqueología y emerjo en la misma de manera contemporánea. 

A veces miro, la tela idónea, los hilos adecuados, la idea en obsesión; pero si no hay soledad, privacidad, es muy difícil. Creo que la soledad al crear es la principal materia prima.

VMSL: ¿Qué la llevó a escoger el textil como formato?, ¿por qué? 

EMB: Quise independizarme y expresarme como artista. Fui dibujante y fue muy bonito. Una época en la que tenía de alguna forma seguridad; pero hay momentos en la vida en que debes de lanzarte, porque el tiempo no regresa. Así que me zambullí en casa, al cuidado de cerca de mi anciano padre, acompañar de cerca a crecer a mis hijos, estar aquí y desde aquí hacer mi trabajo de artista. 

Ya en casa con tres hijos muy chicos y la vida y su economía siguió. Así que además de ser artista fui repostera, intenté ser mamá e hija de mi papá en esa etapa que te va despojando la vida de capacidades, y terminas convirtiéndote en la madre de tu padre. Fue una experiencia fuerte. Dibujaba temas que vivía con ellos; también el no tener pareja determinó mi mirada en ese momento en mi pintura.

ES LA CASA UN LUGAR SAGRADO

¿Es su casa reflejo de quién es usted? Cuéntenos a qué huele, su rincón favorito, su objeto decorativo o mueble fetiche...

EMB: Pues mi casa es mi lugar sagrado. En ella me siento cómoda. Mi rincón favorito es la salita del cuarto que fue de mi papá, y le sigo llamando así; cuando llega algunos de mis hijos les digo:-Ven, vamos al cuarto de papá. 

Suele oler a gato, y a perro y a incienso; pero otras veces huele a chiles quemados cuando preparo tintas y ese día es maravilloso, pues sólo se da dos veces al año. Tengo muchos objetos que son mis amuletos, por lo regular me los he encontrado en bazares, en alguna calle; con ellos construyo obras de arte objeto, y no hay alguno que sea mejor que el otro. Dialogo con ellos, los invito a vivir aquí y parecen felices. No están para decorar, no me gusta esa palabra; están aquí para no dejarlos morir. Muchos de estos muebles, o esculturas pertenecieron a personas que se despojaron de ellos, quizá por cambiar la decoración, o fueron herencia y el nuevo dueño no lo quiere. Y esto me enternece y conmueve. Aquí tienen espacio. Me esperan cuando regreso...ya no son objetos sino sujetos.




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