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20/11/202510:00 a.m.Autor: Juan de Jesús LópezFuente: DIARIO PRESENTE

Escritora y exguerrillera un pasado de leyenda


Lourdes Uranga López comparte su visión sobre la izquierda la familia y el activismo en México

FUERZA DE CARÁCTER

  • De joven, cuando tenía 29 años, como integrante del Frente Urbano Zapatista (FUZ) empuñaba un fusil de asalto, muchos años después al final de la presentación de su libro "Comparezco y acuso" Lourdes Uranga López tiene 85 años y empuña una pluma para firmar los ejemplares que coloca ante ella el público que se dio cita la noche del sábado 15 en el Foro Cultural Viva, en Tabasco. Después de la guerrilla mi vida ha sido biblioteca y libros, dice la escritora. Ofrecemos la segunda parte de la entrevista.
  • Creo en la familia hasta que me demuestran lo contrario:

-¿Qué se necesita para transformar el mundo con palabras?

  • Fuerza de carácter, poder de convencimiento, poder argumentativo con la verdad sin manipulación. Hay gente que logra convencer con algo extraño que llaman fe, pero tener fe no sirve para nada, a nosotros nos impusieron una fe que justificó la muerte y el saqueo, la fe nos justifica como colonizados y no como hombres y mujeres libres.

-¿Todavía tiene ese visión dura sobre la familia como una maquinaria del sometimiento?

-Sí pero hay veces que me convencen de lo contrario cuando encuentro hombres y mujeres que lo logran.

-La ultraderecha usa tres palabras para descarrilar: Religión, Familia y Patria.

  • No sirven para nada como consignas. La familia es una institución patriarcal, ya nadie se acuerda de aquel escritor de Engels sobre la familia, la propiedad privada y el estado, que son enemigos de la ciencia y de la humanidad. La familia es una aberración, la propiedad privada que destruye la propiedad comunal es una torpeza: el planeta es para todos y no para unos cuantos. La Patria pues bueno, yo no hablo de patria, yo hablo del terruño. Mi mugrero de ciudad es mi terruño pero la quiero y la encajo en la teoría de que somos seres estelares, que luego fuimos anfibios, que luego fuimos homos sapiens y también homos demens, poseídos por la locura, pero nos falta ser hombres samaritanos. Nos falta cultivar la generosidad humanitaria, es una gran virtud.

-La izquierda en el poder está blandiendo un humanitarismo mexicano, ¿qué opina de eso?

  • Espero no ofender, pero ese humanitarismo se presenta como una imposición, yo no milito en MORENA, porque en la izquierda no necesitamos de partido alguno, no buscamos el poder ni el empleo. Acaba de salir un libro publicado por el Instituto Mora que se llama "Jesús Anaya Rosique y Lourdes Uranga López: izquierdistas de toda la vida. Dos exguerrilleros mexicanos". Eso soy, una izquierdista de toda la vida y no necesito de un partido.
  • La Revolución de doble motor

-Se nace o se forma un izquierdista.

-Se forma uno, uno nace, pero se forma humano rellenando el cerebro con cultura.

-Después de la guerrilla: la cárcel, el exilio, y las lecturas nos unió. Jesús Anaya era un sabio, a veces exageraba, pero era una sabio, gran lector. Yo leí completo El Capital, los anexos que no se tradujeron al español. La lectura es una herramienta importantísima.

-¿Cuándo se metió a la guerrilla: qué perdió?

-Nada, ya era una mujer adulta, dos hijos y una vida arruinada. No tenía nada que perder: dice el mito que dejé casa y comodidades, y no es cierto, yo no dejé nada, yo quería que la vida que llevaba no fuera así, quería cambiar mi vida y la de los demás, hasta donde pudiera.

-La guerrilla, como metáfora y sin armas, sigue siendo eso: cambiar la vida de uno y la de todos.

  • Sí. A eso yo le llamo la Revolución de doble motor. Hay un motor que te revoluciona a ti, el que te cambia y te hace ser la mujer que quieres ser, y el que te hace acercarte a los que amas, se asemejan a ti, para cambiar las estupideces humanas y romper los grandes discursos nos dicen que somos libres pero mira: puro cuerno. La revolución se conquista paso a paso, en la vida sobria se puede conseguir la felicidad. De niña fui feliz y se me acabó a los 10 años.

-Creció entre mujeres.

-Mi madre, mi tía y mi abuela.

-A los cuatro años mi madre estudió Enfermería de guerra porque se enroló en el ejército para combatir en la segunda guerra mundial en el Escuadrón 201, luego mi abuelita murió y mi tía se casó. Pero con esa formación trabajó y nos impulsó a los hijos: era una madre a prueba de balas.

-¿Qué hizo cuando supo que sus hijos eran guerrilleros?

-Se amarró la tripa y nos apoyó.

Me gustan Revueltas y el cine de cabareteras

  • La ficha de presentación de Lourdes Uranga apenas aporta luces sobre ella, dice que nació el 7 de enero de 1940, en la Ciudad de México, exguerrillera, activista y académica mexicana. Agrega que es doctora en antropología por la Universidad de Lieja, Bélgica, profesora investigadora jubilada de la Universidad Autónoma de Chapingo, e Investigadora del grupo Centro de Estudios Internacional sobre América Latina (CEISAL), mujeres, hombres, géneros. Participó en el Frente Urbano Zapatista (FUZ) durante los años 70, luchando contra la represión del Estado y por la justicia social en México. Fue detenida y torturada durante la llamada Guerra Sucia y posteriormente se exilió en Europa. De regreso en México dedicó su vida al activismo por los derechos humanos, la memoria histórica y la equidad de género. Es autora de Comparezco y acuso, publicado en 2012, testimonio sobre su experiencia en la guerrilla y su reconstrucción personal como mujer, luchadora social, y del libro de poemas Trinchera Rebelde impreso en 2025 por la editorial Mastodonte, pero no dice que el gusta el cine mexicano de cabareteras, que para el amor recomienda colmillo, que no cree en los ovarios pero si en la piel, y que piensa en un decálogo para la existencia.

-¿Cuál considera su última hazaña?

-Trotar 32 kilómetros después de que me pudieron la prótesis en la pierna derecha.

-¿Tequila o café?

-Las dos cosas. Por la mañana café -y no lo vuelvo a tomar en el día-, el tequila una piscachita a las 11 de la mañana, una onza a la hora de la comida, y otro poquito en la noche para poder dormir.

-¿Carlos Fuentes o José Revueltas?

  • -José Revueltas, por supuesto, pero hay cosas de Paz que me gustan por su manejo de lenguaje, no por lo que piensan. Para nosotros, los mexicanos, la literatura no es un complemento del pensamiento antropológico. Lo veo así porque aplicó la teoría del pensamiento complejo de Edgar Morín que propuso los entrecruces de los conocimientos, luego agregué Bajtin, Todorov, Benjamin, y sobre todo: Francisco Javier Clavijero, un jesuita de finales del siglo 16 con pensamiento científico y artístico, que fue expulsado a raíz del conflicto entre los reyes y la iglesia. A Clavijero lo leí directamente en italiano de sus libros facsimilares.

-¿Cuántos idiomas domina?

-Pocos: francés, italiano, Portugués, Latín, un poco de Náhuatl, el inglés lo leo, pero no lo hablo.

-¿Novela o cine basada en la novela?

-Las dos son una maravilla, pero yo prefiero ver el cine clásico de mi época: Bertolucci, todos los italianos y franceses, y la época del cine mexicano de cabaret, ufff, qué delicia.

-¿Y el amor?

  • Del amor romántico no me gusta nada. Yo le digo a las chicas que hay que desarrollar un radar y fortalecer el colmillo para saber con quién te metes. Creo más en el amor carnal perdonando. La piel es un territorio maravilloso. Yo estoy viviendo mi declive hormonal pero no creo en los ovarios, creo en la piel. (Fin)


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