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EL SOL DEL SURESTE



09/04/202007:37 a.m.Autor: Esmeralda ColladoFuente: SOL DEL SURESTE
“Le pido a Dios, una oportunidad…”
“!Sólo le pido a Dios una segunda oportunidad!”, expuso Mary, quien pidió el anonimato y relató el miedo de estar al borde de la muerte

“!Sólo le pido a Dios una segunda oportunidad!”, expuso Mary, quien pidió el anonimato y relató el miedo de estar al borde de la muerte por una enfermedad a la que el mundo entero esta enfrentando sin tener aún la cura.

Desde el primer síntoma, dijo, acudió al Isset, hospital que le corresponde por ser derechohabiente y de ahí la canalizaron al Juan Graham, donde pasó por revisión, le hicieron la prueba y estuvo hospitalizada un día, luego le señalaron que podía irse a su casa.

Al llegar al cuarto donde alquila, pues es originaria de un municipio de la Chontalpa, la joven de 30 años fue notificada por las autoridades de Salud que había sido positiva de SARS-CoV-2.

“Sentí un escalofrío terrible en todo mi cuerpo, algo que no puedo describir pues la temperatura que cala mi cuerpo todos los días no se compara con la noticia que te digan que tienes la enfermedad de la que todos hablan y que ha cobrado miles y miles de vidas… el lunes, me dieron la noticia que jamás pensé que llegaría a mi vida”, expuso.

Con lágrimas en los ojos, durante la charla, dijo que desde que supo de la enfermedad ya le daba miedo, previamente a que fuera diagnosticada guardaba todos los cuidados siendo conciente que cuando Dios dijera le iba a tocar.

“Mi abuelita depende de mi, viajo todos los fines de semana a verla, mi mamá falleció, trabajo aquí en Villahermosa, porque tengo como todos necesidad de trabajar y lamentablemente, fui contagiada en mi centro laboral, derivado de una negligencia.

“Tuvimos una junta, fuimos varios los que participamos, la persona que nos convocó era la portadora, tenía claro que algún día iba a morirme, pero no así… lo más feo es no poder ver a la gente que quieres, dicen los doctores que porque estoy joven puedo superarlo, pero me duele ver cómo sufre mi familia, vienen a dejarme mi comida en la puerta del lugar donde rento y siempre se va mi tía llorando, es la única que viene a verme, porque mi abuelita es demasiado grande y no lo sabe, porque la angustiaría más”, dijo.

Comentó que está en aislamiento y la tos que la ahogaba poco a poco la ha venido dejando, la fiebre aún la tiene, pero tiene fe en Dios, porque ha hecho un pacto con él, pues es quien la tiene en sus manos.

“Le pido a Dios, una oportunidad que me cuide y me proteja, es difícil enfrentar la muerte sola…”, agregó.


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