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Cero permisos para empleados.
NO HAY PERMISOS
- Por acciones tan simples como tomar una foto o mirar el escenario o al artista, quienes trabajan en labores de seguridad, organización del público o supervisión de espacios durante eventos masivos —como conciertos y festivales— corren el riesgo de ser sancionados o incluso despedidos.
Además, tienen prohibido hacer o recibir llamadas durante su turno, y si no llevan el uniforme completo mientras trabajan, pueden enfrentar las mismas consecuencias, muchas veces sin recibir liquidación o los derechos mínimos que establece la ley.
Esta situación refleja la precariedad laboral que enfrentan tanto jóvenes como adultos, muchos de los cuales buscan su primer empleo y, ante la falta de oportunidades, aceptan trabajos en condiciones desfavorables.
Estas labores implican jornadas de al menos 10 horas continuas, con un pago de apenas 300 pesos —ligeramente por encima del salario mínimo de 278.80 pesos—, sin prestaciones ni acceso a la seguridad social.
Como informó se informó recientemente, estos puestos son ocupados principalmente por jóvenes, atraídos por la flexibilidad de horarios, el ambiente de entretenimiento y la posibilidad de ver en vivo a sus artistas favoritos.
Este panorama también se refleja en redes sociales, donde se anuncian vacantes ofrecidas por empresas como Ocesa y sus compañías subcontratadas, como Local Crew, para trabajar en grandes recintos como el Estadio GNP (antes Foro Sol), el Palacio de los Deportes y el Autódromo Hermanos Rodríguez.
La principal promotora de espectáculos en México contrata a decenas de jóvenes y adultos para cada evento, asignándolos a funciones específicas como seguridad, verificación de accesos, apoyo en la organización del público, resguardo del recinto, venta de alimentos y bebidas, limpieza, montaje de estructuras y revisión de asistentes en los accesos.
Sin embargo, en plataformas como TikTok, varios usuarios han compartido experiencias menos favorables sobre estos empleos. Señalan que las condiciones son demandantes: largas horas bajo el sol, sin posibilidad de sentarse, y con estrictas restricciones que incluyen la prohibición de grabar o tomar fotografías.
"Te corren si grabas", comentan algunos.
Una trabajadora, identificada como Susana (nombre ficticio), explicó que desde los cursos de inducción y en los contratos, se especifica que cualquier registro visual dentro del recinto viola la privacidad del artista y es motivo de despido inmediato.
Susana, quien labora para la empresa Local Crew, añadió que incluso atender llamadas de emergencia puede ser motivo de sanción.
"Te llaman la atención cada vez que sacas el celular, y a la tercera vez, te despiden". Incluso ir al baño sin avisar se considera abandono del puesto.
Pese a que se exige una presentación adecuada, no se entrega un uniforme completo; únicamente se proporciona una chamarra rompevientos gris con detalles fluorescentes.
Además, se prohíbe el uso de tenis, aunque los turnos impliquen permanecer muchas horas de pie. Si un trabajador no cumple con el código de vestimenta, se le envía a casa, y tras tres faltas similares, es despedido.
Algunos empleados señalaron también que, cuando surgen situaciones de riesgo o altercados, ellos mismos deben intervenir sin sentir que cuentan con la capacitación adecuada.
En estos entornos laborales, donde abundan los conciertos y grandes eventos, también han surgido quejas por presunto favoritismo hacia ciertas personas —especialmente mujeres— y reportes de robo entre los propios trabajadores.
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