Rutila deja Miami y se reinventa como madre

CAMBIO RADICAL 

• El diagnóstico de sordera moderada a severa en su hija de apenas cuatro meses ha llevado a Carmen Aub a replantearse por completo su vida personal y profesional. Aunque le duele profundamente que su bebé no pueda escuchar su voz, la actriz ha decidido mudarse de Miami —donde tiene su base laboral y reside su familia— a Nueva York, en busca de mejores condiciones para el desarrollo de su pequeña.

"Estoy aprendiendo a sentir mi tristeza y mi enojo, pero también a seguir adelante con gratitud, porque hay soluciones. La vida me está cambiando, pero no puedo quedarme en la queja", expresó la actriz, recordada por su papel de Rútila en El señor de los cielos.

Aub explicó que Nueva York ofrece mayores recursos médicos, seguros de salud más accesibles y una comunidad más amplia de personas sordas, lo que facilitaría el acceso a terapias y apoyos para su hija. "Estamos empezando a planear todo para darle un mejor futuro", afirmó.

La bebé ya utiliza audífonos que le permiten captar entre el 55% y 60% del lenguaje, aunque aún hay sonidos que no puede percibir. Por ello, Carmen y su esposo, el productor Iván Sikic, contemplan terapias de lenguaje y lectura de labios, además de estudios genéticos y la posibilidad de un implante coclear.

La actriz también habló con franqueza sobre los retos económicos que enfrentan: "Los actores no somos millonarios. Estoy tocando muchas puertas para conseguir ayuda. Me siento privilegiada, sí, pero eso no significa que tenga todo resuelto".

En este proceso, su pareja ha sido un pilar fundamental. "Tomamos todas las decisiones juntos, sin discusiones. Él ha sido un gran compañero para hablar, llorar y apoyarnos mutuamente", compartió.

• Carmen reconoce que la maternidad, ya de por sí desafiante, se ha vuelto aún más compleja con las visitas constantes a especialistas. Sin embargo, ha encontrado consuelo en compartir su experiencia a través de su serie de videos Lunes de Lu, donde ha recibido mensajes de personas que se identifican con su historia, incluso si sus hijos enfrentan otras condiciones.

"Lo más bonito ha sido ver cómo la gente se abre, se informa y busca comunidad. La aceptación me ha dado claridad sobre hacia dónde moverme. Hoy me siento en paz", concluyó.