Testimonio: "Llegué a pensar en suicidarme"

Tenía tres formas pensadas en suicidarme, nada más me faltaba decidir cómo porque vía me iba a suicidar, porque me sentía muy mal

Bety tenía problemas de comportamiento en su conducta, pero lo ignoraba, tampoco aceptaba las razones que la llevaba a transformar sus actitudes, hasta que le fue imposible convivir de manera ‘normal’ con la gente de su alrededor, incluida su familia, incluso, hasta tenía decido tres formas en la que podía quitarse la vida.

Testimonio: Llegué a pensar en suicidarme

Tenía tres formas pensadas, nada más me faltaba decidir cómo porque vía me iba a suicidar, porque me sentía muy mal, muy, muy muy mal. Porque en primera me había dejado una pareja que tenía, había perdido un trabajo y pues mi mamá ya me estaba diciendo que me fuera de mí casa porque no se podía conmigo. Tenía yo unas actitudes muy agresivas.

Por ejemplo no se me podía preguntar ni siquiera ¿Oye vas a desayunar? Y siempre contestaba, qué te importa, déjame en paz, yo no sabía por qué, solamente sentía que por dentro tenía un vacío, por el pecho, o más bien no sabía si era por el estómago o dónde empezaba o dónde terminaba. Y más, más mal me sentía porque no podía comer cualquier cosa.

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Tenía gastritis, una colitis impresionante, y tomara lo que tomara, fuera a la especialidad o al doctor que fuera pues tenía una dieta muy restringida como el de una persona a lo mejor de 90 años. Nada de lácteos, nada de quesos, nada de guisados.

Entonces eso me hacía sentir, híjoles como que con más baja autoestima. Jamás pensé que yo me iba a sentir bien alguna vez en la vida.

Había probado psicología, había probado Feng Shui, había probado aromaterapia, había probado si me volvía vegetariana, había probado hacer ejercicio, había probado meditación, había probado dizque yoga pero no me salían las posiciones y no me podía concentrar y en el Movimiento Buena Voluntad, descubrí como sentirme mejor.

Mi sueño desde niña siempre era ser feliz, solo eso ser feliz y ser feliz.

Y nunca me había sentido feliz, al contrario, me sentía muy sola, me sentía muy abandonada y que nadie me quería.

Entonces ya no podía estar en ningún lado. Eso fue lo que hizo que yo probara esta alternativa, porque el neurótico tiene cuatro caminos: uno es la cárcel, otro es el manicomio, otro es el panteón y el cuarto es Neuróticos Anónimos.  




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