Brasil, el foco de atención.

BRASIL EN PROBLEMAS

• El esquema de corrupción que hoy sacude a Brasil comenzó hace varios años, iniciando durante el gobierno de Michel Temer (2016-2019), quien asumió la presidencia tras la destitución de Dilma Rousseff en un controvertido proceso legislativo. Más tarde, se expandió bajo el mandato del exmandatario de extrema derecha Jair Bolsonaro (2019-2022).

Sin embargo, es ahora, en plena gestión de Lula da Silva —quien transita la segunda mitad de su tercer periodo presidencial— cuando el escándalo estalla, generando una fuerte presión sobre su administración.

Justo en un momento en que su gobierno mostraba indicadores positivos, como la reducción histórica de la desigualdad social, surge este caso que afecta seriamente su imagen.

Aunque aún no se determina con certeza el inicio del esquema ni el monto total desviado, ya se han identificado movimientos por más de mil millones de dólares, cifra que podría aumentar.

El mecanismo era simple: se descontaban pequeñas cantidades de las pensiones de miles de jubilados (alrededor de 10 dólares), sumas que eran canalizadas a través de sindicatos y entidades laborales para después ser repartidas entre distintos involucrados.

El número exacto de víctimas aún no se conoce, pero los casos detectados se concentran en las regiones más pobres del país —el norte y noreste—, mientras que en las zonas más prósperas, como el sur y sureste, se han reportado muy pocos.

Como consecuencia del escándalo, el ministro de Seguridad Social, Carlos Lupi, fue removido de su cargo. Según informes desde Brasilia, habría sido advertido del fraude en 2023, pero la falta de celeridad en su actuación le costó el puesto.

Mientras el gobierno intenta contener el impacto político y comunicacional del caso, otro tema ha captado la atención de los brasileños: la elección del nuevo Papa, León XIV, anteriormente conocido como Robert Prevost.

Su nombramiento ha sido bien recibido por los católicos, destacando su experiencia misionera en Perú, su afición al tenis y su gusto por la cerveza. Se espera que continúe con el enfoque progresista iniciado por su antecesor, el papa Francisco.

Y como es habitual, Jair Bolsonaro volvió a ser noticia. Tras una cirugía compleja de casi 12 horas y tres semanas de hospitalización, incluidos 14 días en terapia intensiva, el exmandatario fue dado de alta.

A pesar de las estrictas recomendaciones médicas de evitar reuniones públicas, apenas unos días después apareció en una manifestación en Brasilia, montado en la parte trasera de un camión, solicitando amnistía para los participantes del intento de golpe de enero de 2023. El evento, sin embargo, tuvo escasa convocatoria, con menos de 20 mil asistentes.