El tesoro del futuro México busca cómo explotar su litio

VITAL PARA LA TRANSICIÓN ENERGÉTICA

Antes de que México pueda aprovechar plenamente el litio como recurso estratégico, es necesario definir con claridad los métodos de extracción y procesamiento, señaló Rubén del Pozo Mendoza, presidente de la Asociación de Ingenieros de Minas, Metalurgistas y Geólogos de México.

El especialista explicó que, aunque existen yacimientos en estados como Sonora, Zacatecas, San Luis Potosí y Jalisco, todavía no se cuenta con una técnica consolidada para su explotación industrial. "Aún desconocemos varias de sus características, lo que dificulta avanzar en su procesamiento técnico", comentó.

La responsabilidad de establecer estas técnicas recae en Litio para México (LitioMx), empresa estatal dirigida por Pablo Daniel Taddei Arriola, que inició operaciones en febrero de 2023. Uno de sus primeros avances ha sido la obtención de carbonato de litio, insumo clave para la fabricación de baterías de vehículos eléctricos.

Del Pozo Mendoza subrayó que la exploración minera requiere altas inversiones y largos periodos de trabajo, por lo que LitioMx necesita contar con un presupuesto sólido para garantizar resultados. "En México hay litio. Lo que falta es determinar dónde está, cuánto tenemos, cuál es su calidad y cómo procesarlo. Eso demanda tiempo y tecnología", puntualizó.

Contexto internacional

• El Banco Mundial ha identificado al litio, junto con el cobalto y el grafito, como minerales esenciales para la transición energética global y el desarrollo de energías limpias. Se estima que la demanda de litio podría alcanzar 500 mil toneladas métricas hacia 2050, lo que representa un incremento cercano al 500% respecto a la producción de 2020, que fue de 82 mil toneladas.

La explotación de este mineral ha generado tensiones en distintos países. En México, empresas como Ganfeng Lithium (China) y las británicas Bacanora Lithium y Sonora Lithium iniciaron un proceso de arbitraje internacional en 2024, tras la cancelación de concesiones en un megayacimiento de Sonora.

De acuerdo con el despacho londinense DLA Piper, los conflictos entre gobiernos e inversionistas en torno a recursos estratégicos han alcanzado su nivel más alto en una década, impulsados por el nacionalismo en el manejo de minerales y la competencia creciente entre Estados Unidos y China.