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MÉXICO
México vibra en el Zócalo capitalino
APOYO TOTAL
A un año de la histórica toma de protesta de Claudia Sheinbaum Pardo como la primera mujer en ocupar la Presidencia de México, miles de personas de todo el país se congregaron en la capital del país para manifestar su apoyo a la mandataria, que ha marcado un hito en la nación.
Al finalizar su gira de rendición de cuentas por las 32 entidades federativas, multitudes procedentes de diversas regiones de México se reunieron en el Paseo de la Reforma y avenidas cercanas, avanzaron en una marcha hacia el Zócalo capitalino para unirse al evento central que presidió la presidenta.
El aire se cargaba de emoción, orgullo y esperanza, mientras las calles capitalinas se transformaban en un mosaico de colores, sonidos y tradiciones. Desde el majestuoso Paseo de la Reforma, arteria pulsante de la metrópoli, hasta las callejuelas aledañas que desembocan en el Zócalo, una marea humana avanzaba con paso firme y corazones encendidos.
Banderas tricolores ondeaban al viento, mezclándose con pancartas artesanales, sombreros de palma pintados a mano y muñecas de tela que portaban el rostro sonriente de la presidenta.
- La música sinfónica se entrelazaba con los acordes de mariachis y tambores regionales, mientras danzantes ataviados con trajes típicos —desde los bordados chiapanecos hasta los rebozos oaxaqueños— llenaban el ambiente de un fervor festivo. Los asistentes, con rostros iluminados por la alegría, bailaban al ritmo de la celebración, haciendo que cada paso resonara como un latido colectivo.
Entre la multitud, los tabasqueños destacaban por su entusiasmo. Pese al contraste entre el cálido sol de Villahermosa y el fresco otoño capitalino, llegaron desde el amanecer, envueltos en sus chamarras y bufandas, pero con el calor de su tierra en el alma.
Familias enteras, desde abuelos apoyados en andaderas hasta niños con banderitas en la mano, se unían en un solo grito de apoyo a la doctora Claudia Sheinbaum Pardo, la "comandanta suprema" de las Fuerzas Armadas que había encendido una chispa de cambio.
- En el corazón de Jalpa de Méndez, la señora María del Carmen Tosca, con su voz cargada de orgullo, compartía su travesía. "Nos vinimos todos, con la familia y los amigos, para que la presidenta sienta que Jalpa está aquí, presente, apoyándola con todo el corazón", decía mientras agitaba una bandera con el escudo de Tabasco, su sonrisa reflejando la unión de su comunidad.
Desde Guadalajara, otra historia se sumaba al tapiz de la celebración. Don José Antonio, padre de una joven voleibolista, narraba con emoción su viaje de más de ocho horas para estar en el Zócalo.
"Nos hemos sentido muy respaldados por su gestión, especialmente en los programas sociales, las ayudas y las becas; mi hija, además de su beca para la secundaria, recibe un apoyo para su práctica de voleibol, y por eso le estamos tan agradecidos", expresó José Antonio, padre de familia.
El Zócalo, epicentro de la historia mexicana, se convirtió en un escenario vivo. Los aromas de antojitos —tacos, tamales y café de olla— flotaban en el aire, mientras vendedores ambulantes ofrecían pines y camisetas con frases de apoyo a la presidenta.
Los niños correteaban con globos verdes, blancos y rojos, y los jóvenes capturaban el momento con selfies que pronto inundarían las redes sociales. La espera por el mensaje de Sheinbaum era un ritual colectivo, una comunión de voluntades que unía a desconocidos bajo un mismo ideal.
Cuando el sol del mediodía se situó en lo alto del firmamento, el murmullo de la multitud se convirtió en un rugido de entusiasmo. La presencia de la presidenta, su voz firme y su mensaje de unidad, encendieron aún más los ánimos.
En cada esquina del Zócalo, en cada calle que lo alimentaba, México celebraba no solo un año de gobierno, sino la fuerza de un pueblo que, con música, color y corazón, escribía un nuevo capítulo en su historia.


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