Mujeres históricas: su papel en la Independencia de México

MUJERES EN LA INDEPENDENCIA

Cada 15 de septiembre, México conmemora su Independencia, un momento clave que marcó el rumbo político, económico, social y cultural del país.

Este hecho histórico no solo puso fin al dominio español y a la esclavitud, sino que también abrió paso a la construcción de un régimen republicano. Sin embargo, esta gesta no habría sido posible sin la participación activa de las mujeres, cuya contribución fue fundamental, aunque por mucho tiempo ha sido invisibilizada.

A través de su participación en redes de comunicación, conspiraciones, acciones logísticas y hasta combates, las mujeres mexicanas comenzaron a involucrarse en los asuntos públicos desde la lucha independentista. Pese a ello, su papel ha sido históricamente relegado en los relatos oficiales, tanto de la Independencia como de otras luchas clave como la Revolución Mexicana.

Según la historiadora Alejandra Dávalos, esto responde a una visión tradicional de la historia, que durante mucho tiempo consideró innecesaria una perspectiva de género y prefirió promover una imagen femenina más pasiva.

Por su parte, Jocelyn S. Monroy León, integrante de la Colectiva Las Hijas de Coyolxauhqui, señaló en entrevista con Expansión Mujeres que los relatos históricos se han centrado en las hazañas masculinas, dejando a un lado documentos y testimonios que prueban el protagonismo de las mujeres en los movimientos sociales y armados del país.

Gracias a algunas investigaciones recientes, hoy sabemos que muchas de estas mujeres provenían de diversos contextos: eran indígenas, criollas, de clase baja, media y alta. Muchas no se limitaron al ámbito doméstico, sino que se rebelaron, actuaron y arriesgaron sus vidas en favor de la libertad de México.

Mujeres clave en la lucha independentista

Josefa Ortiz de Domínguez, conocida como La Corregidora, es una de las figuras femeninas más reconocidas de la Independencia. Participó activamente en la Conspiración de Querétaro, donde se planeó el inicio de la rebelión armada.

A pesar de estar encerrada por su propio esposo para evitar represalias, logró alertar a Miguel Hidalgo sobre la inminente captura de los insurgentes, dando pie al inicio del movimiento en Dolores.

Leona Vicario, considerada una de las primeras periodistas mexicanas, apoyó la causa insurgente desde la Ciudad de México, informando y proporcionando recursos. Fue perseguida, encarcelada y despojada de sus bienes, pero nunca traicionó a sus compañeros. Más tarde se unió al ejército de José María Morelos y Pavón.

María Ignacia Rodríguez de Velasco, conocida como La Güera Rodríguez, formó parte de la alta sociedad y usó su posición para asistir a reuniones políticas clandestinas. Aunque su historia ha sido frecuentemente narrada desde una perspectiva centrada en sus relaciones personales, también tuvo un papel relevante en la difusión de ideas independentistas.

Mariana Rodríguez del Toro mantuvo viva la lucha tras la caída de varios líderes insurgentes. En 1811, ante la aparente derrota del movimiento, organizó una nueva conspiración contra el virrey Venegas, pero fue descubierta y encarcelada. Aun bajo amenaza, se negó a delatar a sus compañeros.

María Luisa Martínez de García Rojas, originaria de Michoacán, colaboró con los insurgentes proporcionando víveres, recursos y mensajes. Fue arrestada tres veces y finalmente fusilada en 1817. Antes de morir, pronunció: "Tengo derecho a hacer cuanto pueda en favor de mi patria, porque soy mexicana."

Además, mujeres como Leona Vicario y Mariana Rodríguez también formaron parte de Los Guadalupes, una red secreta que apoyó activamente a los insurgentes con información y recursos logísticos desde 1808 hasta la consumación de la Independencia en 1821.

Un legado por visibilizar

Aunque los nombres de Josefa Ortiz y Leona Vicario figuran en los libros de historia, muchas otras mujeres siguen en el anonimato. Su valentía, compromiso y visión política merecen un lugar en la memoria colectiva de México.

Recordarlas no solo honra su legado, sino que también permite construir una historia más completa, justa y representativa de lo que significó —y aún significa— luchar por la libertad.