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MÉXICO
Comunidad latina de Chicago se une ante redadas migratorias y temor en Pilsen
YA NO QUIEREN NI SALIR
Francisco Arriaga, director musical de la iglesia San Pablo en el barrio de Pilsen, Chicago, solía organizar cenas comunitarias semanales en el sótano del templo.
Sin embargo, la creciente preocupación por las redadas migratorias ordenadas por el expresidente Donald Trump ha provocado una notoria disminución en la asistencia.
"Antes ponía el doble de mesas. La última vez solo vinieron tres personas", relató Arriaga.
Pilsen, una zona con fuerte presencia latina, ha visto disminuir notablemente el tránsito en sus calles principales como Cermak Road, donde operan comercios y restaurantes. La amenaza de operativos migratorios y la posible presencia de la Guardia Nacional han generado temor, no sólo entre indocumentados, sino también entre ciudadanos.
El concejal Byron Sigcho-Lopez advirtió que la estrategia del expresidente busca normalizar la represión, y que cualquier comunidad podría ser la próxima en ser blanco. Aunque las acciones del ICE en Chicago no han alcanzado el nivel de otras ciudades como Los Ángeles o Washington, la preocupación no ha disminuido.
"Pedimos a la gente que mantenga la calma y documente cualquier incidente con sus teléfonos", explicó Sigcho-Lopez, subrayando la importancia de la vigilancia ciudadana.
Chicago, con una población de 2.7 millones, cuenta con más de 800 mil residentes de origen latino. Se estima que alrededor de 150 mil personas viven en la ciudad sin documentación migratoria regular, lo que representa aproximadamente el 8% de los hogares.
Incertidumbre incluso entre ciudadanos
Eric y Jessie Ruiz, hermanos de origen mexicano y ciudadanos estadounidenses, crecieron en Pilsen y afirman que nunca habían sentido un clima de tanta tensión. "Me preocupa mucho mi padre, que ya es mayor", dijo Eric. Su hermana agregó que una intervención del ICE podría ser usada como justificación para militarizar la ciudad.
El artista local Mike Oboza presenció un arresto en su vecindario y quedó profundamente afectado. "No supe cómo reaccionar. No sé cuándo volveré a cantar", expresó.
Robert Pape, politólogo de la Universidad de Chicago y experto en violencia política, advirtió que la situación en la ciudad podría tornarse explosiva.
Insistió en la necesidad de mensajes firmes en favor de la no violencia. Recordó, además, que si bien algunas comunidades pueden recibir inicialmente con alivio la presencia militar, esto tiende a aumentar la tensión social a largo plazo.
Resistencia desde la comunidad
Pese al miedo, algunos residentes optan por seguir con sus rutinas y manifestarse. Vanessa Escobar, estudiante universitaria de 18 años, participó en una protesta contra el ICE en el centro de la ciudad. "Soy mexicana-estadounidense y quiero ser la voz de quienes tienen miedo. Lo que está haciendo Trump es aterrador", declaró.
Mientras tanto, en San Pablo, Arriaga preparaba la celebración del Día de la Independencia de México. A pesar del clima de tensión, mantenía la esperanza de ver a personas no latinas unirse en solidaridad. "Eso sería algo positivo", concluyó.
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