Histórico minuto de silencio en la SCJN por matanza estudiantil en Tlatelolco

MINUTO DE SILENCIO POR MATANZA ESTUDIANTIL EN TLATELOLCO

En un hecho histórico sin precedentes, el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas de la matanza estudiantil ocurrida el 2 de octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, Ciudad de México.

La iniciativa fue propuesta por la ministra Lenia Batres Guadarrama, quien recordó que la manifestación estudiantil fue reprimida violentamente por órganos del propio Estado mexicano.

Batres destacó la importancia de hacer memoria y reivindicar el respeto al Estado de Derecho y los derechos humanos, señalando que la matanza ha sido reconocida como un crimen de lesa humanidad y que se debe garantizar su no repetición.

La ministra dijo:

"Creo que es muy importante justamente hacer pues memoria, en un hecho de reivindicación de nuestra memoria también traer al cumplimiento del estado de derecho que respete los derechos humanos de las personas no reprimiendo".

La propuesta fue aprobada por el presidente de la SCJN, Hugo Aguilar Ortiz, quien resaltó que el 2 de octubre es una fecha que debe ser honrada.

"La Suprema Corte no puede olvidar acontecimientos de esta naturaleza en su búsqueda permanente por hacer justicia en este país"

Afirmó.

Durante la conferencia "La Mañanera del Pueblo", la presidenta Claudia Sheinbaum reafirmó su compromiso para que nunca más se utilicen actos de represión contra movimientos estudiantiles ni contra el pueblo.

• Leyó el acuerdo publicado hace un año en el Diario Oficial de la Federación que reconoce la matanza de Tlatelolco como un crimen de lesa humanidad cometido por el Estado mexicano. 

Sheinbaum aseguró que girará órdenes formales para que las Fuerzas Armadas no vuelvan a reprimir a la población y que se fortalecerá la formación en derechos humanos y la construcción de paz dentro de las instituciones castrenses.

Este acto en la SCJN, junto con el compromiso de la presidencia, representa un paso significativo en el reconocimiento oficial y la memoria histórica de uno de los episodios más dolorosos en la historia reciente de México que sigue demandando justicia y reparación para las víctimas y sus familiares.