Un túnel secreto en Yucatán puede llevar al Árbol de la Vida
Es posible que los mayas hayan sellado intencionalmente los corredores.
El pasado mes de noviembre, un equipo de arqueólogos halló dos corredores subterráneos que empezaban en una pirámide más pequeña de Chichén Itzá, conocida como El Osario.
El arqueólogo subacuático que lidera el equipo del Gran Acuífero Maya (GAM), Guillermo de Anda, explicó el martes que el cenote que está bajo El Castillo podría representar una quinta dirección: el axis mundi o “eje del mundo”, que los mayas describieron como un enorme árbol, conocido como “Árbol de la Vida”.
“Para los mayas, los cenotes eran la entrada al inframundo”, explicó el especialista, quien puntualizó que los sumideros de agua representan la única fuente de agua dulce en Yucatán, por lo que sin ellos la civilización Maya no habría podido sobrevivir. Además, estas cavernas profundas eran una parte clave de la cosmología de los mayas.
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“La (cultura) maya concebía que el cosmos tenía tres capas básicas: cielos, tierra y mundo subterráneo” (…) El inframundo era muy importante, se consideraba el origen de la vida y si los mayas no mantenían un buen equilibrio entre esta capa del universo y la suya propia, eso podía significar sequía, hambre o enfermedad”, añadió.
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Templo El Castillo en Chichén Itzá