Inseguridad en Sinaloa afecta desarrollo económico

DESAJUSTE ECONÓMICO

La inseguridad en Sinaloa ha dejado de ser solo una preocupación ciudadana para convertirse en un obstáculo estructural que afecta directamente el desarrollo económico del estado.

Así lo denunció Yudith Verónica Estrada Osuna, presidenta de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en Mazatlán, quien alertó sobre el cierre de negocios, la pérdida de empleos y el debilitamiento de la inversión ante delitos que siguen sin control: robo de vehículos, robo de mercancías y extorsión.

Según cifras de la Fiscalía General del Estado, en los últimos 12 meses se han registrado más de 1,800 homicidios dolosos y cerca de 2,000 personas desaparecidas. A esto se suman más de 7,000 vehículos robados y una creciente ola de extorsiones, especialmente contra empresarios y comerciantes.

Estrada Osuna detalló que la violencia ha provocado pérdidas económicas superiores a los 30 mil millones de pesos y la desaparición de aproximadamente 20 mil empleos, siendo el sector restaurantero uno de los más afectados.

"La inseguridad pega directo en la operación de los negocios. No se trata de percepciones, sino de hechos que están modificando los hábitos cotidianos y la dinámica económica de Mazatlán", afirmó la dirigente empresarial.

La presidenta de Coparmex Mazatlán señaló que muchos establecimientos han optado por reducir horarios o cerrar definitivamente ante el temor de ser víctimas de delitos. Además, se han cancelado eventos masivos y festividades, lo que afecta el turismo y la derrama económica local.

Desde Coparmex se han realizado encuestas internas que revelan que la extorsión es uno de los delitos más frecuentes entre sus agremiados, aunque aún no se cuenta con cifras específicas para Mazatlán.

"Es preocupante que se estén cerrando negocios y fuentes de trabajo. Nosotros en Coparmex estamos haciendo todo lo que está en nuestra cancha para apoyar a nuestros socios y evitar que bajen la cortina", expresó Estrada Osuna.

Pese al despliegue de miles de elementos del Ejército, Guardia Nacional y Marina en el estado, los resultados no han sido los esperados. La visita reciente del secretario de Seguridad Pública federal, Omar García Harfuch, a Culiacán, generó expectativas, pero también críticas por la falta de acciones concretas.

Incluso hechos como el ataque armado contra una camioneta de la escolta de Eneyda Rocha Ruiz, hija del gobernador Rubén Rocha Moya, han evidenciado que la violencia no distingue clases sociales ni perfiles públicos.

"La estrategia de seguridad necesita un replanteamiento profundo. No basta con ajustes superficiales ni con diagnósticos a puerta cerrada. Lo que urge son resultados tangibles", concluyó Estrada Osuna.